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Un juez considera menos grave este horrible crimen porque el joven acusado es de buena familia y tiene buenas notas

Una niña fue brutalmente violada. Su agresor lo grabó en video y se le envió a sus amigos con un mensaje repugnante.
Imagen de un cordón policial protegiendo la escena de un crimen
Imagen de archivo de una cinta policial en la escena de un crimenNOPD / New Orleans Police Department

Aquella noche, Mary, de 16 años, estaba visiblemente borracha, y no vocalizaba con claridad. Había asistido junto a una treintena de adolescentes a una fiesta de pijamas en Nueva Jersey, en la que se estaba consumiendo alcohol en abundancia.

Fue entonces cuando un chico de 16 años se la llevó al sótano, a una zona oscura. Allí fue golpeada y violada. El joven la penetró por detrás, y lo filmó mientras la cabeza de la chica colgaba, con el pecho desnudo. Luego envió el vídeo a amigos, con un mensaje que decía: “Cuando tu primera vez teniendo sexo es una violación”.

“Un grupo de chicos la roció ambientador en el trasero y la golpeó con tanta fuerza que al día siguiente tenía marcas de manos”, afirman los documentos judiciales a los que tuvo acceso el diario The New York Times.  

Sus amigos la encontraron tendida en el suelo, vomitando. Al día siguiente, le comentó a su madre que temía que “algo sexual hubiera pasado en la fiesta” sin su consentimiento. Durante los siguientes meses, supo de la existencia del vídeo, pero al preguntarle al joven éste lo negó; sin embargo, siguió compartiéndolo, lo que llevó a la madre de la menor a presentar cargos criminales en 2017.

La Fiscalía del condado de Monmouth recomendó entonces juzgar al joven como adulto porque sus acciones parecían “sofisticadas y predatorias”, en referencia a las luces apagadas, la puerta atrancada, y la grabación en vídeo, además de a sus mentiras posteriores sobre la grabación.

“No fue un fallo infantil de interpretación de la situación, ni un equívoco”, indicó la Fiscalía, su comportamiento fue “calculado y cruel”.

Sin embargo, en julio de 2018 el juez denegó la petición y aseguró que no es lo mismo “asalto sexual que violación”, afirmando que la segunda ocurre generalmente cuando dos o más hombres usan un arma para arrinconar a su víctima en una casa abandonada o similar, golpeándola o amenazándola.

El juez, que se llama James Troiano y tiene unos 70 años de edad, puso en duda además que la joven estuviera tan borracha como para no darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Y señaló que los mensajes de celular eran “sólo un niño de 16 años diciendo basura estúpida a sus amigos”.

El juez consideró además que el joven “viene de una buena familia que le llevó a una escuela excelente donde estaba haciéndolo extremadamente bien”, y sus notas para ir a la universidad eran “muy altas”, de forma que podría ir no sólo a la universidad sino a una “universidad buena”.

Una corte de apelaciones le ha puesto sin embargo en su sitio, explicando que el hecho que el acusado provenga de una buena familia o tenga buenas notas no debería ser un argumento, porque eso podría significar que sólo cometen violaciones los chicos humildes o que estudian poco.

Así, decidió anular la decisión del juez Troiano.