Un organismo de control interno del gobierno advirtió ya en mayo de que las condiciones en una estación fronteriza de El Paso, Texas, eran tan malas que los agentes fronterizos se estaban armando contra posibles disturbios, según un informe al que ha tenido acceso NBC News.
Mientras, el secretario interino del DHS, Kevin McAleenan, apuntó este viernes que los reportes sobre las malas condiciones que sufren los migrantes en los centro de detención en la frontera “no están demostrados".
En un informe interno elaborado por el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional y al que ha tenido acceso NBC News, los inspectores apuntaron durante una visita a una estación fronteriza en el sector de El Paso el 7 de mayo que solo había cuatro duchas disponibles para 756 inmigrantes.
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Más de la mitad de los inmigrantes se encontraban recluidos en el exterior, y los que estaban dentro del centro lo hacían en celdas que alcanzaban hasta cinco veces su capacidad.
Una celda, destinada a un máximo de 35 personas, albergaba a 155 adultos varones con un solo inodoro y lavamanos. Las celdas estaba tan llena que los hombres no podían acostarse a dormir. La temperatura alcanzaba más de 80 grados. "Con acceso limitado a duchas y ropa limpia, los detenidos llevaban ropa sucia durante días o semanas", según este informe.
Las preocupaciones por la salud de los migrantes también aumentaron a principios de mayo. Los agentes informaron de que llevaron a inmigrantes enfermos al hospital hasta cinco veces al día, que atendían a 75 inmigrantes cada jornada por piojos y que trataban de poner en cuarentena los brotes de gripe, varicela y sarna.
Si bien esta instalación particular de El Paso, cuyo nombre se redacta en el informe, tenía alimentos para bebés y niños, no tenía tapetes blandos para que los pequeños durmieran ni ropa limpia.
La semana pasada, un grupo de abogados entraron en una instalación de la Patrulla Fronteriza cerca de El Paso, en Clint, Texas, y denunciaron las condiciones precarias en las que viven los menos migrantes en este centro.
Los funcionarios de la administración de Trump han dicho que las condiciones en los centros en la frontera son el resultado de los atrasos tanto en los servicios de ICE como de Salud y Servicios Humanos, que están destinados a mantener a los migrantes por más tiempo.
Se supone que los inmigrantes no deben estar bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza por más de 72 horas, pero el pasado 7 de mayo más de 500 de los 756 inmigrantes que observaron los inspectores del DHS en la instalación en El Paso habían estado allí más de 72 horas.
El Congreso aprobó un proyecto de ley la semana pasada que aumentaría el espacio en las instalaciones de ICE y del Salud y Servicios Humanos para aliviar el hacinamiento.
Pero el informe interno muestra que las malas condiciones, particularmente en el sector de El Paso, fueron identificadas como peligrosas por los investigadores al menos desde el 16 de mayo, cuando se transmitió el informe.
El documento también incluye entrevistas con agentes de CBP en la estación fronteriza Paso Del Norte en El Paso, donde la moral estaba en declive. A los agentes les preocupaba que las condiciones llevaran a los inmigrantes a disturbios o huelga de hambre. Algunos agentes buscaban retirarse temprano o mudarse a otra agencia.
"La situación actual donde los inmigrantes simplemente se están entregando a la Patrulla Fronteriza [y esta debe detenerlos] está bajando la moral y provocando mucha ansiedad. Se están viendo más problemas de alcoholismo, violencia doméstica y problemas financieros entre sus agentes", apunta el informe.
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