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Casi todos los días muere o desaparece un niño migrante en el mundo ¿Cuál es la ruta más peligrosa?

En la ruta que pasa por la frontera entre México y Estados Unidos, 1.907 personas fallecieron en los últimos cinco años, entre ellas 26 niños, aunque sólo en la primera mitad de este año hay que sumar otros 13

En los últimos cinco años, al menos un menor migrante han muerto o desaparecido cada día día en el mundo, según un informe de la agencia de migraciones de Naciones Unidas que advierte de que la cifra real puede ser mucho mayor, en viajes nada seguros como aquellos a través del mar Mediterráneo o de la frontera entre EE. UU. y México.  

Esta semana, la imagen de una niña salvadoreña que murió ahogada junto a su padre cuando intentaban cruzar el río Bravo se ha convertido en el símbolo de una crisis humanitaria que empeora día a día. 

En su último informe Viajes fatales, la Organización Internacional para las Migraciones (IOM, por sus siglas en inglés) apunta que unos 1.600 niños, algunos de ellos de hasta 6 meses, murieron o desaparecieron cuando intentaban llegar solos o junto a sus familias a un lugar que les ofreciera una vida mejor. Los menores se encuentran entre las 32.000 personas que fallecidad en viajes peligrosos desde 2014.  

No obstante, la OIM advierte de que los datos son incompletos y la cifra real de víctimas seguramente es mucho mayor, especialmente entre los menores, cuyos casos son menos reportados que los de adultos. 

Una vez más, el mayor número de víctimas ocurren en las rutas del Mediterráneo, con 17.900 víctimas (2014-2018), sin que se conozca el paradero o se hayan recobrado los cadáveres de 12.000 de ellas. Muchas de las muertes tienen lugar en el peligroso viaje entre Libia e Italia. 

Otra arriesgada ruta para los migrantes es la que pasa por la frontera entre México y Estados Unidos, donde 1.907 personas fallecieron en los últimos cinco años, entre ellas 26 niños, aunque sólo en la primera mitad de este año hay que sumar otros 13. 

Imágenes de menores fallecidos cuando intentaban llegar a zonas más seguras o prósperas, como la del niño sirio Aylan (cuyo cadáver fue encontrado en las playas de Turquía en 2015) o la salvadoreña Valeria (ahogada recientemente en el Río Grande), han sensibilizado a la opinión pública sobre el drama de la migración infantil. 

Estos datos son recopilados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM, que emite un informe anual desde 2014 y que este año cuenta por primera vez con la colaboración de la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).  

Desde la organización estacan la necesidad de contar con mejores datos sobre las muertes y desapariciones de migrantes, en particular cuando se trata de niños migrantes desaparecidos. 

"Trágicamente, en los últimos días se ha puesto de manifiesto que los niños se encuentran entre los grupos de migrantes más vulnerables", dice Frank Laczko, director del Centro de Análisis de Datos. “La falta de datos sobre la edad, las características y la vulnerabilidad de las niñas y niños migrantes crea serios vacíos de protección y dificulta la creación de programas y políticas diseñadas para protegerlos".

 

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