Niños hambrientos, enfermos y sin acceso a artículos básicos para la higiene. Así es básicamente como están conviviendo cientos de menores migrantes detenidos en una estación de la Patrulla Fronteriza en Texas.
El centro en el punto de mira, la estación Clint, ahora tendrá que ser inspeccionada junto a otras 20 instalaciones después de que una moción de emergencia interpuesta por abogados que buscan terminar con las condiciones inhumanas en las que permanecen los pequeños.
Peter Schey, abogado a la cabeza del grupo legal, dijo que había entrevistado a los menores y que sus testimonios eran la prueba certera de que había una “crisis sanitaria”. Junto a su equipo, habían negociado un encuentro en las instalciones de la Patrulla Fronteriza, quienes sabían de la visita desde hacía tres semanas.
Según la agencia de noticias The Associated Press, muchos de los niños entrevistados habían llegado solos a la frontera entre México y Estados Unidos, pero algunos habían sido separados de sus guardianes adultos como tíos y tías.
"Las declaraciones que hemos reunido en las últimas dos semanas también revelan que están detenidos en lo que llaman" hieleras "o" cajas de hielo ", o en jaulas, en condiciones espantosas, superpobladas e insalubres", señaló Schey a la cadena CBS News.
En este sentido, los abogados buscan que de manera inmediata todas las instalaciones de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza en los sectores de Río Grande y El Paso sean inspeccionadas por expertos en salud y médicos independientes que puedan confirmar que se violaron las leyes gubernamentales sobre el manejo de los niños migrantes sin compañía.
En la moción, presentada este miércoles en una corte federal de Los Ángeles, los abogados adjuntaron las declaraciones de una pediatra que había examinado a cinco menores que habían sido llevados a la unidad de cuidados neonatales.
"Las condiciones en las que se encuentran [los niños] pueden compararse con las instalaciones de tortura. Es decir, temperaturas extremadamente frías, luces encendidas las 24 horas del día, no hay acceso adecuado a atención médica, saneamiento básico, agua o comida adecuada", escribió la doctora Dolly Lucio Sevier.
Estas impresiones fueron las mismas que varios abogados y medios de prensa denunciaron el pasado 21 de junio cuando cerca de 350 niños estaban detenidos en condiciones de hacinamiento en el centro Clint, cuidándose entre si.
“Estoy hambriento todo el tiempo aquí en Clint”. Les dijo a los abogados un niño migrante de 12 años detenido en Texas, quien también relató que estaba demasiado asustado para pedirles comida a los oficiales.
De acuerdo a Elora Mukherjee, una de las abogadas que visitó la instalación, la mayoría de los niños con los que habló estaban hambrientos. “Posiblemente cada niño con el que hablé estaba hambriento. La comida se distribuye en bandejas y todos los niños reciben la misma ración independientemente de si tienen un año o diecisiete años, o si son madres que amamantan y tienen necesidades calóricas más altas", señaló.
En la estación Clint, construida en el 2012 y con capacidad para apenas 106 personas, tuvo que ser agrandada con 200 camas adicionales, pero un mes después, había cerca de 700 niños que habitaban el mismo lugar, según dijo a la agencia de prensa Reuters el jefe de la estación, Matthew Harris.
Aunque la ley exige que los niños no sean retenidos por la Patrulla Fronteriza por más de 72 horas, tras lo cual deben ser transferidos a la custodia del Departamento de Servicios Humanos y Salud, los abogados dijeron que habían encontrado algunos que habían pasado hasta 27 días detenidos.
Muchos dijeron que habían sido retenidos en las instalaciones cercanas a El Paso por más de 72 horas.
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