Todo iba de acuerdo con el plan. Habían pasado tres días desde su partida de El Salvador y ya estaba en el sureste de México. En un par de semanas estaría reunida con su padre en California.
Su hermana Heidy le había platicado cómo iba a ser cuando recibiera su primer cheque y se pudiera comprar sus cosas sin pedirle nada a nadie, reportó el diario mexicano El Universal.
Pero Zenaida, de 19 años, tuvo otro destino. El 14 de junio, al pasar por Agua Dulce, Veracruz, la camioneta en la que iba junto con otros migrantes centroamericanos fue interceptada y baleada. Dos hombres resultaron heridos, pero consiguieron llegar a un hospital. Ella murió al instante de una bala en la cabeza.
Las autoridades mexicanas no han dado una versión clara de los hechos.
Según Alfonso Durazo, secretario de Seguridad, dijo que tripulantes de la camioneta tipo pick up donde viajaban los migrantes dispararon en contra de las autoridades, por lo que éstas respondieron el fuego, reportó el diario Reforma.
Jorge Winckler, el fiscal general de Veracruz, dijo que el conductor disminuyó la velocidad cuando pasó por un retén al lado de un tope en la carretera. En ese momento, “se escucharon sirenas e inmediatamente aumentó la velocidad, iniciándose una persecución que duró entre 10 y 20 minutos, aproximadamente”, dijo Winckler.
Sin embargo, el fiscal veracruzano dijo que los disparos habían provenido de “las unidades, al parecer, patrullas”, sin que mencionara el supuesto intercambio de tiros.
Durante la persecución se hicieron disparos contra la camioneta e hirieron a tres salvadoreños. Cuando ésta se detuvo, “de inmediato tres sujetos, al parecer policías,” se bajaron de la patrulla y, según las víctimas, golpearon al conductor, añadió Winckler.
Al menos 14 migrantes lograron huir hacia el monte cuando su vehículo se detuvo. No ocurrió así con Zenaida y los dos heridos.
Darío, el padre de Zenaida, escuchó de parte de Heidy que, tras pasar un retén de migración, una patrulla los había perseguido a gran velocidad y cuando los alcanzó disparó contra el lado donde estaba el chófer, el mismo donde viajaba Zenaida, reportó el diario en internet Elsalvador.
La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Veracruz dijo que iniciaron una queja de oficio por la agresión armada de presuntos elementos del Estado mexicano en contra de 17 migrantes.
Darío había pagado 4.000 dólares a un coyote para que se llevara a su hija. Y todavía le debía 7.000 dólares más. Él mismo había hecho ese viaje y había logrado entrar irregularmente a Estados Unidos tres veces.
“Son cosas del destino”, dijo Darío al diario Elsalvador.
En su opinión, no fue justo que las autoridades mexicanas hubieran disparado a matar. “¿Si quieren detenerlos, por qué no disparan en las llantas de la Troca? Tal vez mi hija estuviera viva”, dijo al medio citado.
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