Los tres niños perseguían el auto de su madre mientras ella retrocedía a toda velocidad por el aparcamiento.
La mujer había estado mirándoles jugar frente a un edificio de apartamentos de Houston (Texas), y cuando ellos se dieron cuenta corrieron hacia ella.
Ella retrocedió con su auto, pero luego cambió de marcha y comenzó a avanzar hacia los niños.
Dos de ellos lograron apartarse a la carrera. El tercero, de sólo tres años, no lo consiguió: el auto, un SUV Lincoln Navigator, le pasó por encima con dos neumáticos.
Fue transportado en ambulancia al hospital, pero murió poco después.
Fue “un desafortunado accidente”, explicó a la policía la mujer, identificada como Lexus Stagg, de 26 años. Aseguró que había manejado marcha atrás para estacionar el carro, y creía haber pasado por encima de una banda de frenado. Luego testigos de lo ocurrido la avisaron de que en realidad se trataba de su hijo.
El relato policial cambió cuando los agentes pudieron revisar la cinta de una cámara de seguridad que había grabado lo ocurrido.
“Todos los padres tienen la obligación de proteger a sus hijos, incluso contra sí mismos”, explicó la fiscal de distrito, “los autos no son juguetes y jugar a la gallina con tus hijos no es un juego”.
“Deberías jugar al escondite con tu hijo de tres años y no forzarle a intentar esquivar un arma letal de 5.600 libras de peso”, añadió el investigador policial Sean Teare.
Stagg, que tiene antecedentes ya con los servicios de protección de menores, se enfrenta ahora a una posible condena de 10 años de cárcel por este incidente, que tuvo lugar el pasado 7 de junio a las siete de la tarde, según la emisora KHOU.