La relación del presidente, Donald Trump, con México es volátil, y en cuestión de días o semanas puede pasar de las críticas más feroces en la red social Twitter a los halagos y buenas palabras. “Esta semana”, el país vecino “ha hecho un gran trabajo” y por tanto es “amigo”, según ha explicado a Noticias Telemundo en una entrevista exclusiva, la primera a un medio en español desde su llegada a la Casa Blanca hace dos años y medio.
Trump ha celebrado el acuerdo migratorio alcanzado la semana pasada, que compromete a México a aceptar a los solicitantes de asilo durante su espera de meses y años hasta saber si serán aceptados en Estados Unidos.
Así, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que según dice le “cae bien”, “se está portando muy bien”. El acuerdo fue alcanzado después de que Trump amenazara a México con aranceles, y mantiene esa amenaza si deja de honrar el acuerdo”.
En cualquier caso, no quiere presumir de haber ganado este duelo político, o al menos no en exclusiva: “México ganó también” porque “no necesita que millones de personas atraviesen el país”.
López Obrador no está “haciendo el trabajo sucio de Estados Unidos” frenando a los inmigrantes antes de que lleguen a su frontera, puesto que éstos “tampoco se supone que deben estar en México”. “Los están devolviendo a Honduras, Guatemala, El Salvador y otros lugares”, concluyó, “hasta el momento están haciendo un gran trabajo”.
El presidente se ha referido también a otros dos países latinos, Cuba y Venezuela.
“He sido muy severo con Cuba”, ha dicho, nadie ha sido como yo en Cuba, vamos a resolver el problema de Cuba como se debe, no como lo hizo [Barack] Obama, que fue un desastre que yo revoqué”.
Obama reforzó los lazos diplomáticos con el régimen cubano, e incluso visitó La Habana. Suavizó las restricciones financieras y las limitaciones a los estadounidenses para viajar a la isla. Ese giro ha sido efectivamente revertido por Trump (su última medida fue prohibir los cruceros a Cuba), pero el presidente ha mantenido la principal medida migratoria de Obama: acabar con la política de pies secos, pies mojados. De hecho, cada vez son más los cubanos deportados.
Respecto a Venezuela, Trump ha reconocido al líder opositor Juan Guaidó como presidente legítimo en lugar de Nicolás Maduro. Pero ha justificado que las cosas no hayan cambiado de forma notable en ese país pese a ello: “Bueno, es un proceso”.
“Lo de Venezuela es terrible, la gente se está muriendo de hambre, fue uno de los países más ricos y ahora su gente se está muriendo de hambre, no tienen agua, no tienen nada”, ha afirmado el presidente. “Hemos sido muy severos con ellos”, añadió en referencia al régimen de Maduro, “alguna gente piensa que hemos sido demasiado severos, pero yo digo que no hemos sido lo suficientemente severos”.
“La gente de Venezuela son gente muy buena pero han sido diezmados por dos individuos”, concluyó, en referencia a Maduro y a su predecesor, Hugo Chávez, a los que calificó de “terribles”.
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