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El juez retrasa la sentencia de El Chapo: deberá esperar para saber si pasa su vida en una prisión de máxima seguridad

Joaquín Guzmán lleva más de medio año encerrado en una celda minúscula sin ver la luz del día. El juez le ha negado lo único que había pedido.

Joaquín Guzmán, apodado El Chapo, fue condenado en febrero por narcotráfico y conspiración para cometer asesinatos como capo del cártel mexicano de Sinaloa. Lleva meses esperando conocer su destino, y ahora deberá aguardar aún algo más: el juez ha pospuesto su sentencia, que debía conocerse el 25 de junio, hasta el 17 de julio; los motivos aún se desconocen.

El Chapo, de 62 años, será condenado probablemente a pasar el resto de su vida a una prisión de máxima seguridad en Estados Unidos.

En cualquier caso, lleva más de medio año encerrado en una celda pequeña y sin ventanas, de 10 x 8 pies, con las luces permanentemente encendidas. Sólo se le permite una hora de ejercicio al día, de lunes a viernes y en solitario también, en otra celda que sólo contiene una bicicleta estática.

El juez rechazó su petición de hacer ejercicio en la azotea de la prisión para evitar cualquier posibilidad de fuga. Tras conocer su sentencia este mes, probablemente será trasladado a la prisión de máxima seguridad de Florence, a 90 millas de Denver (Colorado), conocida como “el Alcatraz de las Rocosas”.

Abrió en 1994 y alberga a 400 reos en unidades de control que funcionan como prisiones dentro de la prisión. Los presos pasan 23 de las 24 horas del día en celdas de confinamiento, solos y aislados por completo de cualquier persona y del mundo exterior.

Entre los convictos confinados en esa prisión están Ramzi Yousef, responsable del atentado de 1993 contra el World Trade Center de New York; el terrorista del maratón de Boston, Dzhokhar TsarnaevTed Kaczynski, apodado Unabomber; o el terrorista del zapato, Richard Reid, intentó hacer estallar en un avión una bomba que escondía en su calzado.

El Chapo ya logró escapar de dos prisiones en México.

Fue arrestado por primera vez el 9 de junio de 1993 en Guatemala, extraditado a México y condenado a 20 años de prisión. Antes de poder ser extraditado a Estados Unidos, sobornó a guardianes en la prisión federal de Puente Grande para escapar escondido en un carro de ropa sucia.

Fue capturado de nuevo el 24 de abril de 2014 en un apartamento de Mazatlán (México), pero el 11 de julio de 2015 logró escapar mediante un túnel de casi una milla de longitud excavado hasta su celda en la prisión de máxima seguridad de El Altiplano. 

Seis meses después fue capturado de nuevo, y luego extraditado a Estados Unidos, de donde no saldrá previsiblemente con vida.