LAREDO, Texas - Los límites de esta pequeña ciudad fronteriza están llenos de actividad, ya que los vehículos de construcción limpian grandes extensiones de terreno para grandes almacenes, y los que transportan productos estadounidenses y mexicanos parecen cubrir cada centímetro de la carretera.
Para James González, de 33 años, los edificios asépticos y cuadrados y la congestión del tráfico a solo unas millas de los cinco puentes que conectan EEUU con México representan el éxito financiero y oportunidades de negocios futuros.
Los destinos de la ciudad, que depende enteramente del comercio entre los dos países, están siempre vinculados al estado de las relaciones de Estados Unidos con su vecino del sur. La cercanía de esa relación a veces puede hacer que las líneas restrictivas de la frontera nacional parezcan borrosas, pero con las recientes amenazas de una guerra comercial de la administración Trump, se han vuelto cada vez más definidas.
Los residentes caminan por el centro de Laredo el sábado. "Sin México, este lugar y Laredo es una ciudad fantasma", dijo Ruben Norton, quien administra una tienda de artículos deportivos en el área. Mathew Busch / para NBC News
Hasta la noche del viernes parecía que el presidente Donald Trump castigaría a México, y por lo tanto a Laredo, con aranceles a todos los bienes que llegan al norte a través de la frontera. Esa amenaza desapareció debido a un impreciso acuerdo sobre inmigración, pero los residentes aquí saben que podría retornar en cualquier momento, dañando sus relaciones comerciales.
El negocio de autopartes de la familia González abrió en Laredo en 1934 y ahora tiene tiendas desde Monterrey, México, hasta San Antonio, Texas, con más ubicaciones expandiéndose a lo largo de la frontera. Ya han tenido que subir los precios debido a los aranceles sobre los productos fabricados en China, pero como el 20 por ciento de sus productos, desde filtros de aire hasta radiadores, se fabrican en México, temen que haya otra alza de precios en el horizonte si la relación se deteriora.
González dijo que los aranceles al vecino del sur de Estados Unidos y cualquier represalia de México podrían llevar a su familia a cerrar tiendas, amenazando a sus 24 ubicaciones.
"Solo quizás ahora estamos llegando al punto en el que Laredo se está moviendo por sus propios pies", dijo González. "Ahora, si nos arruina con un tiro en la pierna con el comercio, tomará la única pierna que nos queda para pararnos. Si perdemos eso, ¿qué nos queda?”
¿Son los aranceles malos para los negocios?
Al igual que González, muchos aquí están preocupados de que las continuas luchas comerciales de la administración Trump amenacen la prosperidad y esperan que las industrias de Laredo puedan expandirse y traer estabilidad financiera a largo plazo a una ciudad donde el 30 por ciento de la población está en o por debajo del nivel de pobreza, según el Censo de EEUU
El lunes habría marcado el inicio del arancel del 5 por ciento sobre los productos mexicanos que, según Trump, aumentaría paulatinamente hasta el 25 por ciento si no recibe concesiones en materia de inmigración del gobierno mexicano.
Esa amenaza sembró la discordia en esta ciudad de 260,000 habitantes, que está experimentando mayores niveles de inversión y éxito financiero debido a la relación comercial de Estados Unidos con México.
Los vehículos llegan de México al cruce fronterizo de Laredo. Matthew Busch / para NBC News
El Puerto de Laredo, donde casi 4.6 millones de camiones cruzaron la frontera en 2018, se convirtió en el más exitoso de la nación por primera vez el mes pasado, superando al Puerto de Los Ángeles, según los datos de la Oficina del Censo publicados en mayo.
El cambio fue causado, en parte, por otra relación comercial tensa que se desarrolló bajo la administración de Trump. El principal país que usa el Puerto de Los Ángeles es China, y la guerra comercial en curso entre las dos naciones contribuyó a una disminución del 3 por ciento en el comercio a través del puerto de California en los primeros cuatro meses de 2019.
Pero algunos temen que México pueda perder la paciencia con las tácticas comerciales de la administración Trump, lo que agriará la relación.
La necesidad de comerciar con México es evidente para Ruben Norton, de 36 años, quien dirige una tienda de artículos deportivos con su padre a pocas cuadras del punto de control en la frontera. Su negocio, inaugurado en 1947, depende de ese comercio transfronterizo.
"Sin México, este lugar y Laredo es una ciudad fantasma", dijo Norton, gesticulando alrededor de su tienda. "Con todo lo que estamos haciendo, ¿en qué momento los pinchamos lo suficiente para que México simplemente nos enseñe el dedo medio?", dijo en referencia al gesto obsceno.
¿El fin de la amenaza arancelaria?
El anuncio del viernes no indicó necesariamente el fin de las tensiones.
La Declaración Conjunta de Estados Unidos y México establece que los dos países "continuarán sus discusiones sobre los términos de entendimientos adicionales para abordar los flujos de migrantes irregulares y las cuestiones de asilo, que se completarán y anunciarán dentro de 90 días, si es necesario".
El New York Times informó el sábado que los dos vecinos habían llegado a este acuerdo hacía meses, dando lugar a acusaciones de que el presidente había fabricado tanto la crisis como su conclusión.
El presidente negó el informe del Times el domingo por la mañana a través de Twitter.
Un funcionario de la Casa Blanca confirmó a NBC News que México ya había acordado enviar tropas a su frontera sur y recibir a los solicitantes de asilo en EEUU mientras esperan que sus casos legales se diriman en EEUU, como informó el diario. En la última declaración, México anunció que enviará 600 soldados más a su frontera sur y acortará el plazo para cumplir otras partes del acuerdo.
El funcionario señaló que la Casa Blanca planeaba adoptar un enfoque de esperar y ver, dejando suficiente espacio para forzar otra negociación si el presidente encuentra que las acciones de México son ineficaces.
La posibilidad de más negociaciones y el tweet de Trump el domingo de que Estados Unidos "siempre puede volver a nuestra posición anterior y muy rentable de aranceles" ofrece poco consuelo a la gente de Laredo, donde persiste un nivel de temor e incertidumbre a pesar del alivio que algunos se sintieron la noche del viernes después del anuncio.
"Es genial que no los tengamos a partir del lunes. Eso es increíble ", dijo González. "Nadie tiene que preocuparse por el lunes. No tengo que preocuparme por el martes y las represalias de México. ¿Pero qué pasa en 90 días? A medida que nos acercamos [al plazo], a esta administración parece que le gusta hacer cosas en el último minuto. A cada administración le gusta hacer cosas diferentes, pero ¿cómo planifican las empresas para eso? Causa caos".
Esta comunidad empresarial ya ha sentido la presión por las tarifas de la administración Trump.
La compañía de John Valle está terminando la construcción de un almacén de 212,000 pies cuadrados en el límite de la ciudad. Sus equipos trabajaron durante el fin de semana en un calor abrasador para resolver los detalles de último momento, mientras que los trabajadores del almacén dentro del complejo trasladaron cajas marcadas con nombres familiares como Honda, Toyota y GMC.
Lidia Berber apila cajas de cartón en el almacén Tradelink Auto Parts en Laredo. Matthew Busch / para NBC News
Valle, de 57 años, dijo que entiende la necesidad de presionar a México con la inmigración, pero cree que los aranceles son una herramienta de negociación que en última instancia perjudica a las empresas estadounidenses.
Las tarifas del 25 por ciento al acero de la administración de Trump se implementaron cuando su compañía estaba en medio de una orden de compra de acero corrugado utilizada en la construcción del almacén. Fue un golpe enorme a su billetera.
La amenaza más reciente también hizo que algunos nuevos clientes potenciales se quedaran en silencio hasta que se sintieran seguros de que el Puerto de Laredo no experimentaría el mismo impacto financiero que el Puerto de Los Ángeles.
Tales situaciones dejan a los dueños de negocios de Laredo sintiendo una falta de control sobre su propio destino.
"No podemos planearlo", dijo Valle. "Estamos esperando lo mejor. Esperamos que la política arregle las diferencias y que entiendan cómo afectan a ambos lados. Pero si lastimamos a México y la economía empeora allí, ¿qué cree que sucederá? Tendremos un problema aún mayor en Estados Unidos".
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