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¡Feliz caza! Registros de la Patrulla Fronteriza aumentan en Greyhound y otros autobuses lejos de la frontera

Los activistas argumentan que preguntar a los pasajeros de Greyhound sobre su ciudadanía puede ser inconstitucional e involucrar perfiles raciales.

ROCHESTER, N.Y. - Mercedes Phelan se sintió confundida el pasado abril cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza abordaron el autobús de Greyhound en el que viajaba en Pennsylvania y le preguntaron si era ciudadana estadounidense.

Diez meses después, cuando relata que le preguntaron lo mismo en un tren de Amtrak en Syracuse, Nueva York, se enfureció.

"Estaba súper enojada porque [ellos] estaban obviamente haciendo un perfil racial", dijo Phelan, quien tiene origen afroamericano, puertorriqueño y es ciudadana estadounidense. "Literalmente obviaron cada persona blanca".

Mercedes Phelan fue cuestionada por la Patrulla Fronteriza en un autobús Greyhound. Foto: Adiel Kaplan/NBC News

Dice que vio a los agentes caminar por los pasillos, deteniéndose solo al ver a una persona de color, para preguntar: "¿Es usted de aquí? ¿Tiene papeles?"

Viajeros de autobuses y trenes de todo el norte de Estados Unidos han informado que fueron parados, interrogados y detenidos con mayor frecuencia desde el primer año de la administración Trump. Ese año, la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), que supervisa a la Patrulla Fronteriza, revirtió la decisión de la era de Obama de restringir la aprobación de esas operaciones.

En noviembre de 2017, de acuerdo con los correos electrónicos obtenidos exclusivamente por la Asociación de Libertades Civiles (ACLU) de Maine a través de un pedido de registros públicos, y entregados a NBC News, un oficial de la Patrulla Fronteriza en Maine les dijo a los agentes que ya ellos estaban listos para comenzar a abordar los autobuses y les deseó "¡Feliz caza!"

A medida que la administración de Trump incrementa la aplicación de la ley de inmigración en la frontera sur, los activistas han llamado la atención sobre esta represión más silenciosa cerca de la frontera con Canadá, argumentando que los registros son inconstitucionales.

Según la Cuarta Enmienda, los pasajeros no pueden ser detenidos e interrogados por la Patrulla Fronteriza sin una sospecha razonable de que son deportables, dicen la ACLU y grupos legales aliados, y esa sospecha no puede basarse en el color de la piel o la capacidad de hablar inglés.

"Los clientes están expuestos, especialmente las personas de color, a la aplicación discriminatoria [de las acciones de las agencias de la ley y el orden] cuando se abordan los autobuses", dijo Chris Rickerd, asesor principal de políticas de la ACLU. "CBP tiene que demostrar que ese es un uso inteligente de los recursos".

Los registros pueden ocurrir hasta tres veces al día en algunas estaciones de autobuses del norte, según los activistas, incluso aquellas sin rutas directas a la frontera. Han causado retrasos en los autobuses y conexiones perdidas y han resultado en la detención a largo plazo de inmigrantes, presuntamente detenidos por sus perfiles raciales, una violación de la Política de la Cuarta Enmienda y del Departamento de Seguridad Nacional.

Según la ley de inmigración, los agentes tienen la autoridad de registrar vehículos sin una orden judicial "a una distancia razonable de cualquier límite externo de Estados Unidos", que CBP interpreta como dentro de 100 millas de cualquier frontera terrestre o acuática, al norte o al sur. Esa zona enorme abarca áreas que albergan a más de la mitad de la población de EEUU, incluida toda Nueva Inglaterra y Florida y la mayor parte del estado de Nueva York.

Mientras tanto, según varios ex funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional, la frontera norte está bien dotada de personal pero es tranquila en comparación con la frontera mexicana. No siempre los agentes tienen mucho que hacer. Es a lo largo de la frontera norte donde se han producido la mayor parte de los incidentes de abordaje y registro de autobuses desde el cambio de política, aseguran los activistas y un portavoz de Greyhound, la compañía de autobuses más grande del país.

Tanto Greyhound como ex funcionarios del DHS han criticado la práctica, y la línea de autobuses expresa su frustración al Congreso. Pero la Patrulla Fronteriza considera que su capacidad para abordar trenes, autobuses y otros transportes a docenas de millas de la frontera es crucial en su lucha contra el contrabando y el terrorismo.

CBP dice que la práctica es legal y niega cualquier acusación de usar perfiles raciales. La agencia está "comprometida con el trato justo, imparcial y respetuoso de todos los miembros del comercio y del público que viajan, y ha recordado su compromiso con la no discriminación en las políticas existentes", dijo un portavoz a NBC News.

"Una excelente oportunidad"

Los llamados "controles de transporte" por agentes de la Patrulla Fronteriza, los registros de autobuses y trenes no son nuevos. Dichos controles una vez constituyeron una gran parte de las actividades diarias de los agentes en algunos sectores de la frontera norte. Pero la práctica ha sido un tema de disputa durante años, y la ACLU y los activistas habían calificado de ilegales los perfiles raciales ya en 2011.

Las políticas impuestas durante la administración de Obama entre 2010 y 2012 se restringieron cuándo se podían realizar los controles, y requerían información clara sobre el contrabando u otra actividad criminal y la aprobación de la sede de la Patrulla Fronteriza. Pero cuando la administración Trump eliminó el requisito de la aprobación de la sede, la noticia fue recibida con entusiasmo por algunos agentes.

Los agentes en al menos un sector fronterizo recibieron el cambio de 2017 con entusiasmo, según los correos electrónicos obtenidos por la ACLU de Maine.

"Esta es una excelente oportunidad, como la que no hemos visto en una década", escribió un funcionario de la Patrulla Fronteriza a un grupo de supervisores en el sector de Houlton, que cubre el estado de Maine. El correo electrónico de noviembre de 2017 informó a los agentes que estaban listos para comenzar los registros de autobuses en Bangor, Maine, a 95 millas por carretera del cruce fronterizo canadiense más cercano.

Agentes de la patrulla fronteriza hablan con la policía local fuera de la estación de autobuses de Syracuse el 9 de mayo de 2019.Adiel Kaplan / NBC News

"Desempéñese de manera profesional, espere ser filmado y no se deje engañar por una discusión que se editará para que nos veamos como tontos. No confunda esto con ser maltratado", instruyó el funcionario, cuyo nombre fue censurado.

El funcionario firmó: "¡Feliz caza, mantente a salvo y diviértete!"

En otro correo electrónico, dos meses después, a principios de 2018, el agente de patrulla a cargo en Houlton también firmó, "Feliz caza".

Después de que se relajaron las restricciones, los reportes de la Patrulla Fronteriza en los autobuses comenzaron a aparecer en los titulares. De acuerdo con los incidentes reportados a los activistas o descritos en documentos judiciales, en Florida, California, Detroit, Rochester, Spokane, Vermont y otros lugares, los agentes abordaban los autobuses y les preguntaban a los pasajeros dónde nacieron o les pedían ver sus documentos.

Los pasajeros filmaron o fotografiaron algunas de estas interacciones, provocando indignación en internet y generando nueva atención sobre una práctica que no ha sido tan común desde antes de la era de los teléfonos inteligentes.

"Amenazas crecientes"

Un portavoz de CBP dijo a NBC News que los controles han aumentado en los últimos años para combatir las "amenazas crecientes" en los centros de transporte, como las estaciones de autobuses y trenes, que son utilizadas por "organizaciones de tráfico humano y narcotráfico para transportar personas, narcóticos y contrabando a destinos del interior".

No hay un registro público de la frecuencia con la que estos controles llevan realmente a un arresto, y CBP dijo que no desglosa los datos de aprehensión por el lugar donde ocurren los arrestos. Pero la agencia sí proporcionó datos de arresto para la parada de autobús de Spokane a Spokesman-Review en 2018, lo que mostró que en seis años los agentes habían arrestado a casi 200 personas allí.

CBP mantiene datos sobre detenciones por sector, que han aumentado en la mayoría en la frontera norte desde 2016. Pero las cifras siguen siendo bajas. En el sector que cubre Maine, las detenciones se duplicaron desde el año fiscal 2016 hasta 2018, pasando de 25 a 52 personas.

Los registros a autobuses han resultado en la detención de personas que estaban en el país ilegalmente. Pero los agentes también han interrogado a los ciudadanos, a los titulares de tarjetas verdes y a los beneficiarios de DACA: en algunos casos, detuvieron a inmigrantes legales y les dijeron que su documentación era falsa.

 "Desde una perspectiva de cumplimiento [de la ley], esto realmente es un desperdicio de recursos", dijo John Sandweg, quien se desempeñó como director interino de Inmigración y Control de Aduanas durante la administración de Obama y trabajó en la oficina del consejo general del DHS cuando se restringieron los controles en autobuses.

"Muchos de los casos que se van a encontrar son personas que cruzaron la frontera hace mucho tiempo", dijo Sandweg. "Simplemente están detectando a los migrantes corrientes y, francamente, congestionando a los tribunales de inmigración en el proceso".

Los tribunales de inmigración, que operan por separado del sistema judicial federal principal, están al top de su capacidad. A principios de este año, aprobaron más de 890,000 casos atrasados, con menos de 450 jueces en el sistema para escucharlos.

"Hubo mucha discusión sobre: ​​¿cuál es el punto de toda esta aplicación de leyes de tránsito y está realmente relacionada con las fronteras?" recordó Margo Schlanger, quien dirigió la oficina de derechos y libertades civiles del DHS en 2010 y 2011.

Dijo que algunos de los recursos en la frontera norte podrían utilizarse mejor en el sur, donde cruces fronterizos y detenciones sin precedentes amenazan con agobiar a los agentes.

"Lo que pasa es que no hay mucho trabajo fronterizo que hacer a lo largo de la frontera norte", precisó Schlanger.

Detención sin motivo

Mohanad Elshieky estaba a 97 millas de la frontera cuando dijo que le ordenaron que bajara de un autobús en Spokane en un día frío en enero. A Elshieky, quien llegó a los Estados Unidos desde Libia como estudiante pero se quedó después de recibir amenazas de muerte en su casa, recientemente se le concedió asilo.

Mohanad Elshieky /Foto: Rose Sherman, NBC News

Dijo que tenía dos formas de identificación, que mostró a los agentes de la Patrulla Fronteriza. Se mostraron escépticos acerca de los documentos, recordó, y le dijeron que "los ilegales los falsifican todo el tiempo". Los agentes lo interrogaron durante casi 20 minutos antes de permitirle volver al autobús.

"Honestamente, estaba aterrorizado", dijo Elshieky. "He escuchado tantas historias de personas detenidas y deportadas injustamente".

Los relatos de pasajeros y los videos muestran que los registros siguen un patrón. Los agentes suben a un autobús que se prepara para partir, o uno que acaba de llegar. A veces tienen un perro, que olfatea el compartimiento de equipaje del autobús.

Un agente se para al frente del conductor. Otro se va al fondo y comienza a interrogar a los pasajeros. En algunos casos, los agentes solo preguntaban a las personas de color si eran ciudadanos o les pedían ver sus documentos, dijeron los pasajeros. Otros informaron que los agentes les preguntaron a todos los pasajeros pero no se detuvieron a escuchar las respuestas hasta que llegaron a una persona de color.

"Cuando se trataba de personas caucásicas, ni siquiera esperaba sus respuestas", dijo Ava Sharifi, una estudiante de Washington que fue interrogada en marzo de 2018 y vio a los agentes sacar a un hombre negro del autobús para que ser registrado. "Una vez que [el agente] llegó a una fila con una persona con acento o piel más oscura, esperó las respuestas".

Los pasajeros dijeron a NBC News e informaron a los activistas o declararon en documentos judiciales que a menudo se sintieron físicamente intimidados durante los encuentros. Elshieky describió que un agente que se inclinó sobre su asiento mientras lo interrogaba después que dijo que no era ciudadano de Estados Unidos. Phelan contó que los agentes bloquearon el pasillo las dos veces que fue interrogada. Sharifi informó lo mismo.

Muchos pasajeros no saben que tienen derecho a rechazarlos, según los activistas, y algunos dijeron a NBC News que sentían que la negativa no era una opción realista.

"Me sentí atrapado", dijo un pasajero que fue interrogado en un autobús en Maine en mayo. Pidió que no se usara su nombre porque viaja con frecuencia internacionalmente para trabajar. "Si hubiera querido salir de ese autobús, habría tenido que empujar físicamente a un oficial".

"Ante los intimidantes e incómodos interrogatorios, donde no está claro si a la persona la echarán del autobús si ejerce su derecho a permanecer en silencio, no hemos tenido una sola persona que diga que sintió que se les permitió irse". dijo Enoka Herat, abogada de la ACLU de Washington.

CBP le dijo a NBC News que los pasajeros pueden salir del vehículo durante un registro de autobús, y los materiales de entrenamiento de la Patrulla Fronteriza y los informes de arrestos muestran una imagen menos intimidante de cómo se realizan los controles.

En seis informes de arresto de un período de cuatro meses en 2017, obtenidos a través de solicitudes de records públicos del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Washington, los agentes de la Patrulla Fronteriza describieron el proceso de manera idéntica.

Dos agentes abordaron un autobús a las 5:15 p.m. en seis días diferentes. Uno fue a la parte de atrás y "comenzó a preguntar a cada pasajero sobre su ciudadanía". El otro "se quedó en la parte delantera del autobús y se detuvo cerca del área del conductor para dejar el pasillo abierto a cualquier persona que deseara entrar o salir libremente".

Los agentes "no deben hacer ni decir nada que haga que una persona razonable crea que no fue libre de finalizar el encuentro" con ellos, según una presentación para capacitación obtenida por la ACLU de Maine. La presentación contiene instrucciones específicas de que los agentes no deben bloquear los pasillos o puertas de los vehículos que abordan.

Los materiales de capacitación también dicen que "un pasajero de autobús tiene el derecho de rechazar el consentimiento para registrarlo y de responder preguntas", pero "el oficial no tiene que informarles de este derecho".

En 2018, la ACLU lanzó una campaña para presionar a las empresas de transporte para que impidieran que la Patrulla Fronteriza ingresara a sus vehículos, argumentando que el cuestionamiento sin orden judicial equivale a un perfil racial ilegal, y las compañías tienen el derecho de rechazar el consentimiento para realizar registros.

Greyhound, que transporta 16 millones de pasajeros por año, ha sido el foco principal de la campaña de ACLU. La compañía señaló a NBC News que no es el único operador de autobuses a los que ingresa la Patrulla Fronteriza y declaró en una carta al Congreso de 2018 que "no apoya ni coordina las búsquedas de CBP y no está contenta con ellas".

Los controles también ocurren en los trenes de Amtrak, aunque ha habido menos reportes. Cuando se le preguntó acerca de los registros, Amtrak dijo a través de correo electrónico que todos los pasajeros mayores de 18 años deben llevar identificación y que el transportista "coopera completamente con las autoridades federales y la ley federal".

En junio de 2018, 23 miembros del Congreso enviaron una carta a Greyhound, instando a la compañía a dejar de permitir que la Patrulla Fronteriza subiera a sus autobuses.

"Al otorgar el consentimiento a los agentes de CBP para que aborden los autobuses para preguntar sobre el status de inmigración", escribieron los congresistas, "Greyhound expone a sus pasajeros a las frecuentes violaciones de sus derechos constitucionales de estar libres de registros y confiscaciones sin orden judicial, de perfiles raciales y de hostigamiento".

Greyhound argumenta que sus manos están atadas. No está claro si el derecho de la Cuarta Enmienda de proteger a los conductores privados en rutas nacionales de registros de inmigración injustificados también se aplica a operadores de autobuses como Greyhound, dijo la compañía en cartas al Congreso y al Fiscal General del estado de Washington en el último año.

"Entendemos el impacto que tiene sobre los clientes y las comunidades a las que servimos", dijo un portavoz de Greyhound en un comunicado a NBC News. "Alentamos a los que buscan cambios en esta práctica a trabajar con sus representantes en el Congreso para implementar cambios a esta ley".

Mientras tanto, los pasajeros han comenzado a demandar para forzar el cambio.

Elshieky, cuyos tweets denunciando que había sido interrogado se hicieron virales, presentó una queja contra CBP en abril. Él está buscando $ 250,000 en daños y perjuicios por perfil racial y detención ilegal por agentes de la Patrulla Fronteriza.

Después de ser interrogada en un autobús en California, Rocío Cordova presentó una demanda colectiva para pasajeros de autobuses contra Greyhound en noviembre. El caso de la corte estatal alega que Greyhound violó las leyes de protección de los consumidores y los derechos civiles de California al permitir que los agentes de la Patrulla Fronteriza suban a sus autobuses.

Cartel de aviso de Greyhound en Nueva York/Greyhound

En diciembre, Greyhound comenzó a colocar carteles en inglés y español en las estaciones operados por la compañía en todo el país, titulados "Problemas de inmigración que afectan a nuestros pasajeros". Un aviso similar aparece en el sitio web de la compañía en una página llamada "Sus derechos y normas a bordo" bajo el encabezado "Control de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos".

Las publicaciones incluyen información de contacto para grupos de ayuda legal de inmigración, instrucciones sobre cómo presentar quejas ante el DHS y declara que los funcionarios federales pueden abordar los autobuses legalmente dentro de las 100 millas de la frontera sin una orden judicial, alentando a los pasajeros a que “por favor contacte a sus representantes en el Congreso para lograr cambios a esta ley".

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