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La Justicia de EEUU protege el aborto en el estado de Misuri "por ahora"

La única clínica abortista existente en el estado de Misuri podrá seguir llevando a cabo esta intervención temporalmente hasta que se celebre la próxima vista, el 4 de junio, informó Planned Parenthood

La Justicia decidió hoy prorrogar la licencia de la única clínica abortista existente en el estado de Misuri (EE.UU.), que podrá seguir llevando a cabo esta intervención temporalmente hasta que se celebre la próxima vista, el 4 de junio, informó hoy la organización Planned Parenthood.

"Una corte estatal acaba de granjear un permiso que impide temporalmente a Misuri eliminar el acceso al aborto en el estado.", anunció en Twitter Planned Parenthood, la mayor red de clínicas de salud sexual y reproductiva del país, que opera la clínica afectada, con sede en San Luis.

La organización destacó que la decisión del juez Michael Stelzer implica que se podrán seguir ofreciendo servicios abortistas en el estado del medio oeste "por ahora". 

Pero Misuri es también uno de la decena de estados de EE.UU. que han aprobado las llamadas "leyes del latido de corazón", que prohíben el aborto en casi todos los casos, dentro de una campaña diseñada para forzar al Tribunal Supremo a replantearse la decisión que en 1973 legalizó la interrupción del embarazo en el país.

La indignación por esa ley -que el gobernador republicano de Misuri, Mike Parson, firmó el pasado viernes y que entrará en vigor en agosto si las cortes no lo impiden-, mezclada con el temor a perder el último bastión del aborto en el estado, motivó una protesta multitudinaria que acabó en una decena de arrestos.

"¡Mi cuerpo, mi decisión!", coreaban los cientos de manifestantes, en su gran mayoría mujeres, que recorrieron el centro de San Luis hasta un edificio donde Parson tiene una oficina, mientras unos quince activistas entraban en el vestíbulo y se sentaban en el suelo para exigir un encuentro con ese político.

Casi dos horas después, la Policía local arrestó uno por uno a los activistas, que ya esperaban ese desenlace cuando organizaron su acto de desobediencia civil.

Mientras, la red de clínicas Planned Parenthood encaraba la primera audiencia judicial de la demanda que interpuso este martes contra el gobernador, y pedía al juez que emita una orden para obligar al estado a renovar su licencia al menos mientras se estudian los méritos del caso.

"Nuestra expectativa es que (el juez) tomará una decisión antes de la medianoche del viernes al sábado", cuando expira la licencia, dijo a Efe una portavoz de Planned Parenthood, Bonyen Lee-Gilmore.

El gobernador de Misuri instó este miércoles al juez a no obligarles a mantener la licencia de la clínica, por considerar que hay "preocupaciones graves de salud" relacionadas con su trabajo, que no detalló.

El núcleo de la disputa parece estar en la insistencia del estado en entrevistar a siete médicos de la clínica de San Luis, algo que algunos rechazan por el temor a quedar expuestos a cargos criminales en lo que consideran una ofensiva política de las autoridades locales contra su trabajo.

"Hemos visto cómo, año tras año, el estado de Misuri ha cambiado las leyes, y no paran de cambiar los requisitos" para la clínica, denunció durante la marcha Kawanna Shannon, directora de los servicios quirúrgicos en la clínica de San Luis.

"Ya nos han forzado a hacer exámenes pélvicos invasivos e innecesarios" por los que las pacientes tienen que pasar dos veces antes de someterse a un aborto, y las mujeres tienen que "esperar 72 horas" desde su primera cita con el médico hasta la operación, como "si no supieran la decisión que quieren tomar", denunció Shannon.

"Si se apaga la luz en Misuri, los abortos seguirán ocurriendo (de forma ilegal), y (las autoridades) se lo están poniendo muy, muy difícil a las mujeres para que simplemente puedan vivir", alertó.

Pamela Merritt, activista de la organización Reproaction, recordó que las trabas al acceso al aborto afectan de forma desproporcionada a las mujeres con bajos ingresos o pertenecientes a minorías, como las afroamericanas o las latinas, que pueden no tener la educación o los recursos para desplazarse y obtener ese servicio de forma legal.

"No existe la justicia económica sin justicia reproductiva. Nuestro derecho al aborto no puede debatirse", sentenció Merritt al comienzo de la manifestación.

Mientras las leyes que vetan el aborto proliferan en EEUU, la batalla en Misuri "demuestra que los políticos no tienen que prohibir" esa práctica "para dejarla fuera del alcance" de las mujeres, algo que ocurre ya en vastas extensiones del país, según la organización de derechos civiles ACLU.

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