IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

“Yo ya me quiero morir”. Pero una paloma mensajera devolvió la alegría a miles de familiares de migrantes

Juana de Dios llevaba 40 años sin ver a su hijo. Elena se quería morir pero deseaba antes conocer a sus nietos. Las Palomas Mensajeras hicieron sus sueños realidad. A usted también pueden ayudarle
William Josué Gonzáles García, de dos años, tras cruzar con sus padres la frontera y ser detenido por la Patrulla en McAllen el pasado 14 de marzo.
William Josué Gonzáles García, de dos años, tras cruzar con sus padres la frontera y ser detenido por la Patrulla en McAllen el pasado 14 de marzo.AP / AP

“Primero nos comunicábamos por carta, pero ya cuando empezaron a haber teléfonos me hablaba, pero a mí me dolían mucho mis oídos y casi no le entendía, así que le dije que mejor no me hablara porque me daba temor contestarle una cosa que no”, explica Juana de Dios Pérez.

A sus 86 años, esta anciana de Erongarícuaro, un pueblito en las montañas del estado mexicano de Michoacán, viajó el pasado noviembre en avión a Los Ángeles (California) para reencontrarse con su hijo.

La última vez que lo vio tenía 18 años. Ahora tiene 58.

El programa Palomas Mensajeras fue puesto en marcha en 2016 por la Secretaría del Migrante del estado de Michoacán (en la costa del océano Pacífico, no lejos de la capital) con el objetivo de lograr visados temporales para padres y abuelos que deseen viajar a Estados Unidos a visitar a familiares.

Los requisitos son ser originario de ese estado, tener más de 60 años, y contar con un familiar directo (hijos, padres, hermanos o nietos) en Estados Unidos al que no se ha visto por motivos migratorios (por ejemplo, ser indocumentados).

Además, hay que tener un amigo o conocido en el estado al que se quiere viajar que sea ciudadano o residente legal; no haber sido deportado nunca y no contar con más de una negación de visa en los últimos seis meses; y pagar 160 dólares por el permiso más el viaje de ida y vuelta (el tiempo máximo de estancia son tres semanas).

“Hay abuelitas que no conocen a sus nietos, que no ven a sus hijos desde hace 10 o más años porque están allá de manera ilegal, o que tienen familiares enfermos”,   explicó el secretario del Migrante, José Luis Gutiérrez Pérez, “y ése es el objetivo del programa, acercar a los michoacanos con nuestros connacionales”.

Hasta el momento se han producido 190 viajes en grupo, según el diario Saga, que cifra en casi 6.000 los beneficiados por este programa. Los siete estados más visitado son California, Illinois, Georgia, Texas, Oregón, Carolina del Norte y Florida.

Entre los beneficiado, Elena, una mujer de 75 años que estaba deprimida, tras enterrar a su marido, y sólo pensaba en poder despedirse de sus hijos y conocer a sus nietos antes de morir.

“Yo ya me quiero morir, no tengo nada qué hacer aquí”, dijo la mujer, según el diario El Sol de México.  Pero en mayo de 2017 ingresó en el programa de Palomas Mensajeras, y pudo viajar a Los Ángeles, donde le esperaban sus cinco hijos con sus familias.

“Oiga, doña Elena, ¿usted no se iba a morir?”, le preguntó tiempo después el secretario del Migrante, bromeando. “¡Nooo!”, contestó ella, “si viera qué buena gente son mis nueras y viera cómo me quieren mis nietos, ya me estoy preparando, me voy a ir a pasar Navidad con ellos”.