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En esta estación de autobús comienza el sueño americano para miles de inmigrantes

La Migra abandona aquí a familias cansadas y enfermas. Alguien les recoge. Y comienza su sueño americano.

San Bernardino, California - La oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (en inglés, CBP) continúa reportando un número récord de arrestos de migrantes en la frontera mexicana (sólo en abril fueron casi 100.000).

La falta de espacio (ahora tiene a 52.000 personas bajo custodia, una cifra superior a la financiación prevista por el Congreso) está obligando a las autoridades migratorias a poner en libertad a familias enteras.

Y una de las ciudades que está sintiendo los efectos es San Bernardino, un suburbio de Los Ángeles, California, donde la agencia federal está dejando libres cada día a decenas de migrantes, en su mayoría guatemaltecos, a las puertas de una estación de autobuses Greyhound.

Desde hace una semana llegan allí a diferentes horas del día camiones de la Patrulla Fronteriza repletos de migrantes, en su mayoría mujeres y niños.

Tras atravesar México durante semanas y entregarse a las autoridades fronterizas para solicitar asilo ya en Estados Unidos, permanecen varios días detenidos y luego son abandonados a su suerte en un lugar que no conocen y con sus escasas pertenencias guardadas en bolsas de plástico.

María y su hijo Román, de solo seis años, fueron recibidos allí por un grupo de voluntarios que se han dado a la tarea de asistir a los migrantes liberados por los patrulleros. La mujer está intentando ahora ponerse en contacto con familiares en Houston, Texas para sobrevivir hasta su cita con la corte de inmigración que decidirá si se le concede el asilo.

Elena, también guatemalteca, acabó en el mismo lugar junto a su hijo Luis. Dice estar contenta de estar en Estados Unidos, y sólo tiene un sueño: trabajar y ahorrar dinero para comprar un terreno y darle educación a los otros tres hijos que dejó en su país hace más de una semana. Todo lo que tiene cabe en una bolsa de plástico. No tiene dinero. De hecho, ni siquiera sabe dónde se encuentra.

Verónica Román,  voluntaria de la coalición Justicia Para Inmigrantes, asegura que  las autoridades migratorias dejan allí a esas personas para que continúen su camino hacia hogares de familiares u otros lugares. El problema es que muchos son niños, que pueden estar enfermos, y sus padres carecen de dinero y no conocen el área. A veces no saben ni pueden ni comunicarse con sus familiares.

Voluntarias como ella lo alojan, alimentan y dan vestido gracias a la ayuda de la comunidad, que también les asiste para comprar boletos de autobús hacia donde les esperan, si hay suerte, caras amigas.

Los inmigrantes están siendo atendidos además por doctores de la escuela de medicina de la Universidad de California Riverside, y por médicos como el Marvin Urbina, quien dijo a Noticias Telemundo que muchos presentan síntomas de faringitis, fiebre, y diarrea debido a las condiciones de su largo viaje y a los cuartos fríos donde fueron detenidos.

El drama migratorio en California no cesará pronto. Las autoridades de Texas planean enviar a cientos de familias por avión hasta San Diego, y muchas de esas personas podrían terminar en esa estación de autobuses de San Bernardino.