Tras la aprobación de una polémica ley que obliga a las autoridades locales a colaborar con las autoridades federales de inmigración, organizaciones defensoras de los migrantes declararon que Florida ya no era un estado seguro para los inmigrantes.
Ahora, miles de migrantes detenidos en la frontera con México serán enviados al área conurbada al norte de Miami (Florida), a miles de millas de distancia, reportó la agencia de noticias EFE.
El alcalde Mark Bogen del condado de Broward fue el primero en poner el grito en el cielo. “Cientos de inmigrantes… sin refugios designados ni fondos para albergarlos, alimentarlos y mantenerlos seguros”, dijo Bogen, añadiendo que era una medida “repentina”, “irresponsable” e “inhumana”.
Las autoridades federales dieron a conocer a los alcaldes de Broward y la vecina Palm Beach que unos mil inmigrantes provenientes de El Paso, Texas, serán enviados en avión a sus comunidades, para aliviar la saturación de los albergues en la frontera.
Bogen, un demócrata, incluso sugirió que los migrantes que su condado no pueda albergar sean trasladados a los hoteles que el presidente, Donald Trump, tiene en la zona.
“Si el presidente no nos provee con la ayuda financiera para albergar y dar de comer a esta gente, va a crear un campamento de personas sin hogar”, dijo Bogen.
“Yo sugeriría que los enviemos a los hoteles de Trump y le pidamos al presidente que abra su corazón y su casa también”, añadió.
Las autoridades de Broward y Palm Beach agendaron una reunión para este jueves para discutir la estrategia que seguirán con los migrantes. El alcalde de Palm Beach, Mack Bernard, dijo que buscará reunirse con el gobernador del estado, el republicano Ron DeSantis.
“Si van a venir tantas personas al condado de Palm Beach, tal vez tengamos que declarar una emergencia nacional”, dijo Bernard. “La carga que caerá sobre Palm Beach será enorme, especialmente para el sistema escolar.
La decisión de trasladar a los migrantes unas 2.000 millas se tomó en un contexto de amenazas de Trump de enviar migrantes a las llamadas ciudades santuario, cuyas policías locales no cooperan con las autoridades de inmigración federales.
Bogen destacó que Broward no es una ciudad santuario para inmigrantes y que el Congreso de Florida aprobó recientemente un polémico proyecto de ley que prohíbe a tales jurisdicciones en el estado.
La oficina del gobernador no respondió a una solicitud de comentario de la agencia The Associated Press.
María Rodríguez, la directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de la Florida, dijo que su organización ha sido notificada de la situación y está trabajando en un plan para acoger a los inmigrantes.
“Vamos a apoyar y a dar la bienvenida a los refugiados sin importar de dónde vengan”, dijo Rodríguez. “Este truco de enviarlos en avión al otro lado del país es el trumpismo exacerbando los sentimientos xenófobos en un estado clave”, que se disputan los partidos, agregó.