Latoni Daniel tiene 26 años y está en prisión, sin posibilidad de salir bajo fianza, acusada de participar en el robo y asesinato a tiros de un anciano de 87 años.
La mujer, veterana de la Guardia Nacional, ya había sido detenida anteriormente, pero nunca fue condenada. En esta ocasión, fue acusada de manejar el carro en el que su novio y ella iba a huir tras el robo.
Fue enviada a la cárcel el 5 de diciembre de 2017, y desde entonces se encuentra entre rejas a la espera de ser juzgada. Podría ser condenada a cadena perpetua o a la pena de muerte.
Pese a llevar 17 meses en la cárcel, en un régimen que no le permite tener visitantes, Daniel se ha quedado embarazada. Está, de hecho, en su octavo mes de embarazo. Y su familia no se explica cómo puede haber sucedido.
Su abogado, Mickey McDermott, considera que Daniel fue violada en la cárcel del condado de Coosa (Alabama), aunque ella asegura que no guarda memoria alguna de ese hecho. Su abogado cree que pudo ocurrir mientras estaba sedada por un tratamiento contra convulsiones.
En cualquier caso, la mujer, como prisionera, no puede consentir tener relaciones sexuales, por lo que cualquier incidente de este tipo sería de hecho una violación.
Tras conocerse su embarazo, la mujer fue trasladada una prisión cercana en el condado de Talladega, en la que hay menos de 40 reclusos. En la anterior había casi 200. En ambos casos, la mayoría de prisioneros son hombres.
Los hechos “están siendo investigados”, según el fiscal de distrito Jeff Willis, aunque el abogado de la mujer lo pone en duda, según la web informativa Popular Military.
El abogado ha solicitado la libertad bajo fianza para que la mujer pueda ser tratada del embarazo apropiadamente y dar a luz junto a su familia, puesto que las condiciones en prisión son cuestionables. Sin embargo, es posible que ni siquiera pueda permitirse la fianza que podría imponer el juez, aunque su familia está dispuesta incluso a hipotecar sus bienes para conseguir el dinero.
“Dicen que se quedó embarazada por correo, que le pasaron una esponja por correo y así se quedó embarazada”, denuncia el abogado que la mujer le ha dicho sobre cómo el personal médico de la prisión la está acosando.
Una organización sin ánimo de lucro, Alabama Prison Birth Project, le ha ofrecido sus servicios para dar a luz con ayuda de una doula. “Estamos hablando de dos seres humanos”, ha asegura su directora, Ashley Lovell, recordando que la mujer no ha sido condenada, por lo que por ahora es inocente ante la ley.
“Lo que no va a hacer es abortar”, ha explicado la hermana de la mujer, Terrell Ransaw, a la web informativa Al.com. Tampoco podría. En primer lugar, porque está en prisión, y su abogado teme que no haya resolución judicial sobre la fianza hasta después del parto.
Pero Alabama acaba de aprobar la ley más restrictiva del país sobre aborto, que afecta incluso a los casos de violación e incesto.
Aunque el objetivo final parece ser llevar el asunto ante la Corte Suprema (ahora bajo control conservador) para revisar la legalización del aborto en 1973, entre tanto está en efecto y, por ejemplo, puede llevar a los doctores que practiquen abortos hasta 99 años a la cárcel.
Alabama, por lo demás, es el estado más adepto a la pena de muerte: supera algunos años a Texas en número de sentencias, pero va muy por delante siempre en términos relativos teniendo en cuenta que su población es cinco veces menor.
Entre 1983 y 2018 ejecutó a 68 personas, pero casi 200 más esperan en el corredor de la muerte a la inyección letal o la silla eléctrica.