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Esta empleada de comedor fue despedida por dar alimentos a un niño sin dinero. La acusan de robar 8 dólares

El niño no tenía dinero, así que la mujer le dejó pasar con la comida y le dijo en voz baja que le pidiera a su madre el dinero otro día. Pero fue despedida. Así lo explica la escuela.

Una empleada de comedor en una escuela secundaria de New Hampshire denuncia que ha sido despedida, tras cinco años de trabajo, por haber permitido a un niño agarrar comida que no había pagado. Su empresa, Cafe Services, la acusa de haber robado ocho dólares. El niño pagó la comida un día después.

Bonnie Kimball llevaba cuatro años y medio trabajando en la escuela regional de Mascoma Valley, que tiene unos 330 estudiantes. “Sabemos quienes son esos niños”, ha declarado la mujer al diario Union Leader, tanto ella como el resto de empleados del centro conocen las circunstancias personales de los menores.

“Ni siquiera lo llamamos trabajo”, ha explicado Kimball, “nos levantamos por la mañana, cuidamos de nuestras familias y luego vamos a cuidar de los niños”.

El pasado 28 de marzo, cuando uno de esos niños fue a pagar sus alimentos, Kimball le avisó en voz baja para que le dijera a su madre que le metiera dinero en su cuenta. Un supervisor de la empresa para la que trabaja estaba vigilando las operaciones ese día, y preguntó qué alimentos llevaba el niño en el plato.

El niño pagó los alimentos al día siguiente, pero la empleada fue despedida el 30 de marzo.

“Estaba haciendo lo que me habían dicho”, se disculpó ella.

Según cuenta, su jefe directo le dio instrucciones en febrero para permitir a los niños agarrar la comida aunque no tuvieran dinero, y luego decirles discretamente que metieran dinero en su cuenta para pagarla, supuestamente para “no causar escenas”.

La Junta Escolar no ha querido comentar lo ocurrido, según el citado diario, pero sí ha recordado que las políticas de distrito aseguran que los niños puedan comer aunque no tengan dinero para pagar sus alimentos. Sin embargo, añadió, esos niños debería tomar el menú del día, y no elementos de la carta, como aparentemente hizo el menor.

Otros dos empleados han renunciado a sus trabajos en protesta por lo ocurrido. La empresa se enfrenta estos días a la renovación del contrato, valorado en más de 560.000 dólares, y por el que puja otra compañía rival.

“Bonnie es fiable, se puede depender de ella”, aseguró su jefe en su revisión anual, completada el 4 de marzo, “está dispuesta a trabajar horas extra para cubrir los días libres de otros, y a ayudar con funciones especiales”.