Este artículo se reproduce por cortesía de Politifact
A medida que aumenta sus apuestas en la guerra de aranceles con China, el presidente Donald Trump ha reiterado que los consumidores no deben preocuparse.
Trump castigó a China con un arancel del 25% sobre 200 mil millones de dólares en productos y ha insinuado la posibilidad de aplicar aranceles adicionales a productos chinos por un valor de 325 mil millones de dólares. Mientras tanto, China está lista para imponer aranceles de represalia a productos estadounidenses por un total de 60 mil millones de dólares.
En declaraciones hechas en la Casa Blanca el 9 de mayo, Trump dijo: “Para que nuestro país pueda cobrar 120.000 millones de dólares al año en aranceles, pagados principalmente por China, por cierto, no por nosotros. Mucha gente lo intenta y se dirige a una dirección diferente. Realmente es pagado, en última instancia, es pagado por, en gran parte, por China. Y los negocios volverán a nuestro país”.
El 13 de mayo, Trump reiteró el mismo argumento en una tormenta de tweets, diciendo que “no hay razón para que el consumidor estadounidense pague los aranceles, que entran en vigor sobre China hoy".
El mandatario sugirió algunas alternativas: comprar a proveedores en un país sin aranceles o comprarle a una compañía estadounidense.
El mensaje que le ha repetido a los estadounidenses es que no deben preocuparse por el impacto económico de sus aranceles, ya que “principalmente”, “realmente”, “en gran parte” o “en última instancia” serán pagados por China. A pesar de las palabras tranquilizadoras que Trump emplea, los expertos aseguran que el presidente se equivoca al ofrecer ese tipo de seguridad.
"No es exacto decir que “los países pagan” los aranceles a los bienes comerciales y de consumo, pues son los compradores y los vendedores quienes se hacen cargo de estos costos", declaró Ross Burkhart, politólogo de la Universidad Estatal de Boise.
“Los compradores pagan estos aranceles cuando compran productos populares. Los vendedores pierden participación de mercado cuando sus productos tienen precios tan altos que se quedan fuera de los mercados”, agregó.
La Casa Blanca no contestó a una pregunta que se le formuló para la elaboración de este artículo.
¿Por qué se aplican los aranceles?
La idea detrás de la imposición de estos aranceles es hacer que las compañías estadounidenses sean más competitivas ante sus contrapartes extranjeras. A medida que las primeras prosperan, según se piensa, pueden contratar a más trabajadores y pagarles mejor a sus empleados. Estos, a su vez, tendrían más dinero para gastar, lo que contribuye a distribuir de manera más amplia ese dinero en la economía nacional.
Sin embargo, los economistas nos aseguran que son raros los ejemplos reales de aranceles que funcionan según lo previsto, y que los consumidores del país que grava los productos son las principales víctimas al tener que pagar precios más altos.
El tesoro federal sí recibe un pago cuando se aplican los aranceles. Pero los exportadores chinos no pagan; lo hacen los importadores -que usualmente son las empresas de Estados Unidos.
"Si Estados Unidos impone un arancel a los televisores chinos, un agente estadounidense que representa a un importador de nuestro país, como Costco, por ejemplo, paga el arancel en la frontera a la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras”, escribió en septiembre pasado Howard Gleckman, miembro principal del Instituto Urbano - Centro de Política Tributaria de Brookings.
“El gobierno chino no paga nada”, dijo.
Protección de Aduanas y Fronteras generalmente exige ese pago dentro de los diez días posteriores al despacho del envío, informó Reuters. A las compañías que no pagan antes de ese plazo se les envía una nueva factura.
¿Cómo se transfiere el costo de un arancel al consumidor?
Cuando el arancel es pequeño, un importador puede optar por mantener sus precios estables en lugar de transferir el costo arancelario al consumidor. Pero los expertos dicen que esa no es la decisión más común para los tipos de aranceles en cuestión en la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China.
"Cuando las tarifas se aplican al 10%, muchas empresas deciden absorber el costo en sus márgenes de ganancias", recuerda Monica de Bolle, investigadora principal del Instituto Peterson de Economía Internacional. Esto se puede hacer estableciendo menores márgenes de beneficio o reduciendo los costos de alguna manera.
“Sin embargo, al elevar los aranceles hasta un 25%, las empresas inevitablemente transferirán parte o todo este incremento a los consumidores estadounidenses -precisó-. Lo que significa que estos podrían, en algunos casos, pagar un 25% más que antes por determinado producto”.
Mientras tanto, las tarifas podrían significar que los productores paguen más, ya que los materiales que se utilizan para fabricar los productos vendidos en Estados Unidos aumenten de precio.
Es probable que esos incrementos de precios también se transmitan a los consumidores. Es posible que los consumidores estadounidenses encuentren productos libres de aranceles en otra parte, pero en muchos casos, un producto adecuado puede no estar disponible, ser más caro o de menor calidad.
Cosas como un teléfono inteligente de la marca Apple podrían subir de precio significativamente. Tan sólo el lunes la compañía perdió el 6% de su valor en el mercado accionario. Analistas financieros de Morgan Stanley indican que los teléfonos iPhone XS podrían aumentar unos 160 dólares. Pero este es sólo un ejemplo.
Y es que todos los productos manufacturados en China que tengan componentes estadounidenses afectados por los aranceles podrían subir de precio.
La lista incluye cafeteras, secadoras de pelo, hornos de microondas, calentadores eléctricos, cámaras de televisión, equipo de telecomunicaciones, micrófonos, audífonos, bocinas, grabadoras, muebles y marcos de madrea y metal, sacos para dormir, botas de hule y cuero, zapatos deportivos, sombreros, paraguas, relojes de pulsera, en total más de 2.500 productos.
Los aranceles también afectarán a los productores estadounidenses, especialmente a los campesinos. Ya que productos como la miel, la carne de res, legumbres, verduras, arroz, maíz, harina de trigo, especias, aceites de oliva, coco, soya y destilados como la ginebra y el vodka también se verán afectados.
Además, los aranceles también podrían producir retrasos o picos de precios que se propagan en espiral en toda la economía, ya que la economía ahora está estrechamente entrelazada en "cadenas de suministro" complejas y sensibles a períodos de tiempo. Y cualquier desaceleración en la cadena de suministro podría significar despidos para los productores y un golpe más abarcador a la economía estadounidense.
Debido a que los estudios han demostrado que los estadounidenses de bajos ingresos tienden a invertir una fracción más grande de sus ingresos en bienes, podrían sentir un mayor impacto que los más ricos.
Los productores estadounidenses que le venden a China se verían perjudicados por los aranceles fijados como represalia, dada la gran participación china de ciertas exportaciones agrícolas estadounidenses, como la soja. Finalmente, escribió Gleckman, una disminución de la competencia en el extranjero perjudica a los consumidores, al hacerlos más dependientes de empresas menos competitivas con precios más altos.
¿Cuán grande podría ser el impacto en la economía de Estados Unidos?
Todos los estimados del potencial impacto económico de las tarifas de Trump están sujetos a cierto grado de especulación. Sin embargo, el Servicio de Investigación del Congreso recientemente revisó un rango de cálculos profesionales y encontró "un rango de estimados", pero aquellas que "generalmente sugieren un impacto moderadamente negativo".
Un estudio reciente realizado por economistas del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, la Universidad de Princeton y la Universidad de Columbia concluyó que "la incidencia total del arancel cae sobre los consumidores nacionales, con una reducción en el ingreso real de Estados Unidos de $ 1.4 mil millones mensuales para el final de 2018".
La Oficina de Presupuesto del Congreso (CRS) proyectó una disminución del 0,1 por ciento en la tasa de crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos, mientras que el Fondo Monetario Internacional proyectó una disminución del 0.2 por ciento en la tasa de crecimiento anual del PIB.
Varias compañías han reportado daños por las tarifas de EEUU y las de represalias, incluyendo Walmart, Caterpillar y Tyson Foods, informó CRS.
EEUU es el país más afectados por los aranceles, pero China también podría sufrir.
Al enfrentarse a precios más altos para los productos chinos, los consumidores estadounidenses pueden optar por comprar menos productos chinos, perjudicando así el Producto Interno Bruto del gigante asiático. Pero eso ni siquiera es seguro, ya que China posiblemente podría compensar esas ventas, o muchas de esas ventas, en otros lugares.
¿Los aranceles no generan ingresos?
Las tarifas generan algunos ingresos, pero los economistas dicen que no es prudente contar con ellas para este propósito.
Según el Servicio de Investigación del Congreso, los ingresos de los aranceles impuestos por Trump hasta el 21 de febrero de 2019 totalizaron alrededor de $ 18.5 mil millones de dólares.
Sin embargo, eso es solo el 2 por ciento del déficit del presupuesto federal, estimado más recientemente en $ 896 mil millones.
Nuestra conclusión
Trump dijo que las tarifas son "pagadas principalmente por China, por cierto, no por nosotros".
China no paga los aranceles iniciales, los importadores estadounidenses lo hacen. En muchos, si no en la mayoría de los casos, esos costos se transfieren a los consumidores estadounidenses, ya sea directamente sobre los productos afectados por las tarifas o por un impacto en las empresas estadounidenses que utilizan materias primas afectadas por los aranceles. China también podría recibir un impacto a largo plazo en su Producto Interno Bruto, pero los expertos consideran que el daño a la economía de los Estados Unidos sería más rápido, más seguro y potencialmente más grande.
Por todo lo anterior, calificamos la afirmación de Trump como falsa.