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Trump retira dinero de armas secretas y misiles nucleares para construir el muro en la frontera

Rusia ha construido "el torpedo del Apocalipsis". Corea del Norte ha retomado sus pruebas nucleares. Pero el Pentágono quitará dinero a armas secretas en el espacio y misiles atómicos... para construir el muro de Trump.
Exhibición de armas de última generación en Moscú en agosto de 2018.
Exhibición de armas de última generación en Moscú en agosto de 2018. AP / AP

El Pentágono planea utilizar 1.500 millones de dólares que estaban destinados a desarrollar nuevas armas con las que defender Estados Unidos para, en su lugar, construir el muro en la frontera prometido por el presidente, Donald Trump.

El secretario de Defensa en funciones, Patrick Shanahan, explicó el pasado viernes al Congreso sus planes sobre cómo obtener el dinero con el que construir 80 millas de valla fronteriza. Además de los 1.500 millones sustraídos a programas armamentísticos, el Pentágono destinará otros 1.000 millones de fondos para soldados y 3.600 millones de proyectos de construcción.

La Cámara de Representantes, controlada por el Partido Demócrata, se negó a principios de año a autorizar un gasto superior a los 5.000 millones de dólares para seguridad fronteriza, como por otra parte ya había rechazado antes el Senado, controlado por los republicanos.

Eso llevó al presidente a decretar el estado de emergencia en la frontera, lo que le permite, entre otras medidas, redirigir fondos del Pentágono para la construcción del muro (que, recordemos, prometió que pagarían los mexicanos).

El secretario de Defensa no explicó el viernes de dónde saldría el dinero, pero el diario The Washington Post detalló este domingo los programas que se verían afectados, a partir de documentos internos a los que tuvo acceso.

Así, el Pentágono planea retrasar la renovación del programa de misiles nucleares intercontinentales Minuteman III, que tiene ya décadas de antigüedad. Además, aplazará también el desarrollo de un sistema de alerta aéreo de apoyo a los cazabombarderos de combate.

También desviará dinero de un “experimento de pruebas en el espacio” ejecutado por la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA, en inglés); de los fondos para jubilación de veteranos; y del apoyo a las fuerzas de la coalición de que batalla en Afganistán.

El Pentágono planeaba desarrollar en los próximos años un rayo láser que, desde el espacio, pudiera interceptar misiles lanzados por Rusia, China o Corea del Norte. La relación con Corea del Norte se ha tensado la semana pasada tras una nueva prueba militar del dictador Kim Jong Un, en un momento en el que las negociaciones con el Gobierno estadounidense parecen estancadas.

Con Rusia las relaciones también parecen deterioradas, y desde el Gobierno de Vladímir Putin se ha intensificado en los últimos meses la oratoria bélica, hasta el punto que la televisión pública rusa llegó a difundir una lista de posibles objetivos militares en Estados Unidos, mientras se habla también de nuevas armas apocalípticas capaces de destruir ciudades enteras en las costas americanas.

El Pentágono, por su parte, está probando también nuevas armas, como los misiles R9X, que deberían servir para matar a objetivos (personas, edificios o autos) sin dañar a los civiles que pueda haber a su alrededor.

Estos proyectiles carecen  de carga explosiva, y en su lugar tienen seis hojas afiladas a modo de espadas que se desenfundan justo antes de alcanzar su objetivo, de forma que éste muere o bien aplastado por un misil de 100 libras de peso que aterriza en su cabeza a alta velocidad, o por el efecto de las espadas (de ahí que haya sido bautizado popularmente como misil ninja).