La fiscal general de Nueva York, Letitia James, está investigando los alegatos de trabajadores inmigrantes sin documentos que acusaron al presidente, Donald Trump, por no pagarles las horas extras que trabajaron cuando eran empleados del Trump National Golf Club Westchester en Briarcliff Manor, Nueva York.
El diario The Washington Post reportó este martes los alegatos de seis extrabajadores de Trump, quienes dijeron que sintieron que se aprovecharon de ellos sistemáticamente porque eran indocumentados.
José Gabriel Juárez, un inmigrante indocumentado de México, dijo que sus supervisores le pedían que firmara su hora de salida, lo que hacía ingresando un código (436) y su dedo índice en un aparato electrónico, y continuara trabajando, según el citado diario.
Juárez trabajaba en el restaurante del club del Golf. Sus tareas incluían limpiar los cubiertos, aspirar las alfombras y, en general, preparar el lugar para la mañana del día siguiente. Pero todo esto lo hacía después de su hora de salida.
Los gerentes lo llamaban ‘el trabajo adicional’.
“Así era con todos los gerentes. Muchos nos decían: ‘Sólo firma la salida y quédate al trabajo adicional’”, dijo Juárez al Washington Post.
La fiscalía de Nueva York ya ha entrevistado a más de 12 personas como parte de la investigación que llevan a cabo.
La organización Trump ha negado estas acusaciones y dijo a ese diario que los trabajadores no tenían modo de probar que habían trabajado horas extras.
“Esta historia es un sinsentido por completo. No es nada más que alegatos sin fundamento de inmigrantes ilegales que presentaron documentos falsos para conseguir empleo de manera ilegal”, dijo Kimberly Benza, portavoz de la organización Trump a ese diario.
Un exgerente que habló a condición de permanecer anónimo dijo que “había un esfuerzo consciente para pagarles menos, porque sabíamos que no tenían documentos”.
“Nos trataban de ese modo”, dijo Juárez porque “pensaban, ah no van a hacer nada al respecto”, porque eran indocumentados.
Además, no es la primera vez que el presidente es cuestionado por sus prácticas laborales, en particular, por contratar inmigrantes indocumentados.
A pesar de que ha criticado a las empresas que utilizan mano de obra indocumentada y ha puesto candados desde el Gobierno para la contratación de inmigrantes, su propia organización ha sido acusada de hacer lo mismo.
Trump emplea a miles de personas en Estados Unidos, muchos de ellos extranjeros, algunos con visado, pero no todos.
A principios de abril, una investigación del diario The New York Times reveló que la organización Trump había llevado a cabo una campaña para librarse de todos sus empleados indocumentados en los hoteles y campos de golf que posee en Florida.
Preguntado sobre por qué contrata a inmigrantes con visado para trabajar como mucamas, camareros, cocineros, etcétera, el presidente ha asegurado “durante la temporada” de mayor turismo en Florida, donde se encuentra su complejo de Mar-A-Lago, “es difícil encontrar trabajadores”, al igual que en Palm Beach, donde tiene otro club y “es muy, muy difícil conseguir ayuda”.
Así, en 2016 y 2017, tres propiedades de Trump en Florida y en Nueva York analizadas por la web informativa Vox contrataron a 144 personas para trabajos de temporada. De ellas, sólo uno era estadounidense. Se aprovechó así del visado H-2B, que permite contratar a trabajadores extranjeros si no hay estadounidenses disponibles que puedan o quieran hacer esas labores.
Una investigación periodística del portal de noticias web BuzzFeed News concluyó que estas empresas prefieren contratar a extranjeros porque son menos propensos a abandonar el empleo y a quejarse por el bajo salario, los horarios o la dureza de las tareas físicas. Además, suelen vivir en los mismos complejos donde trabajan, lo que estira su jornada laboral.