A mediados de febrero de este año, una quincena de organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes emitieron una alerta de viaje para todos los indocumentados del país.
Advertían que no viajaran a Florida o que en caso de no poder evitarlo se prepararan para encontrarse con agentes de ICE en las estaciones de autobús, aeropuertos y puertos marítimos.
Este miércoles, tras días de acalorados debates, la Cámara de Representantes de Florida aprobó la ley que tenía preocupadas a estas organizaciones, materializando sus peores temores.
La propuesta legislativa movilizó tanto a los demócratas, que desaprobaban la ley como a los republicanos que la aprobaban. En nutridas sesiones se escucharon las historias de inmigrantes en situación irregular como de familias que fueron víctimas de un crimen cometido por un inmigrante indocumentado.
Al final, con 69 votos a favor y 47 en contra ganaron los que apoyaban la propuesta.
Esta ley buscará acabar con la existencia de las llamadas ciudades santuario en el estado de Florida.
Esto significa que las autoridades locales estarán obligadas a cooperar con los agentes federales de inmigración, algo que organizaciones civiles han alertado que conducirá a más arrestos y mayores tasas de deportación.
La ley busca acabar con la resistencia de algunas ciudades, obligándolas a cooperar con los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés).
Una de las provisiones que estarían obligados a adoptar es la detención de los inmigrantes que se encuentran detenidos por un delito no relacionado con sus estatus migratorio, a petición expresa de agentes federales de inmigración.
Hasta ahora, las peticiones de los agentes de ICE eran sólo eso, peticiones y no se consideraban obligatorias.
Sin embargo, desde que Donald Trump asumió la presidencia la presión contra las ciudades santuario ha aumentado. Aunque en este caso sería la propia entidad federativa, gobernada por los republicanos, la que estaría presionando a ciudades como Tallahassee, gobernada por los demócratas.
Estos grupos sin ánimo de lucro han puesto el énfasis en los convenios de colaboración alcanzados por ICE con 17 sheriffs de Florida; además, Miami dejó de ser ciudad santuario tras la llegada de Trump.
“El viaje a todas las áreas del estado de Florida debe realizarse con extrema precaución, ya que puede ser extremadamente incómodo y/o inseguro para personas que no sean de raza blanca, personas que hablan con acento o que padezcan de cualquier impedimento verbal, y viajeros internacionales”, asegura el aviso.
“Florida tuvo el mayor aumento en arrestos de la policía federal migratoria en los Estados Unidos el año pasado. Aparte de personas de raza blanca, todo individuo puede ser tratado bajo sospecha razonable, especialmente si se encuentran dentro de 100 millas de la costa”, añade el texto, difundido, entre otras organizaciones, por la Florida Immigrant Coalition.