El jefe interino del Departamento de Seguridad Nacional, Kevin McAleenan, ha dicho que la administración Trump no planea reanudar la política de separación familiar en la frontera sur, en una entrevista exclusiva con la cadena NBC.
Desde el punto de vista de la aplicación de la ley “no vale la pena”, dijo McAleenan durante su primer entrevista con los medios fungiendo como jefe del Departamento de Seguridad Nacional. “No estamos siguiendo ese camino”.
Su predecesora en el cargo, Kirstjen Nielsen, se convirtió en una de las figuras más impopulares en el Gobierno cuando implementó la política de separación familiar en la frontera. Sin embargo, fue su negativa a reinstaurar esa política lo que, en parte, ocasionó su despido, según explicaron oficiales gubernamentales a NBC.
Después de unas semanas de estar en efecto, las cortes bloquearon la separación familiar de migrantes.
Cuando se le preguntó a McAleenan si creía que esa política había sido efectiva respondió con ambigüedad.
“Procesar las violaciones a la ley sí tiene consecuencias y sí desincentiva comportamientos. Pero no funciona si pierdes la confianza pública”, dijo y agregó que “desde el punto de vista de la implementación, no vale la pena”.
Acerca de los niños separados de sus padres en la frontera dijo que “siempre fue la intención volver a reunirlos”, algo que es una “parte de esta historia que creo que se ha perdido”.
“Pero, otra vez, no estamos siguiendo ese camino”, dijo McAleenan desde las oficinas del Departamento de Seguridad Nacional en el World Trade Center en Nueva York.
“En verdad, un mejor sistema, como he dicho muchas veces, nos permitiría detener a las familias juntas durante procedimientos de inmigración breves y justos y conseguir verdaderos resultados en inmigración de las cortes. Así que eso es lo que falta en esta situación”, agregó el funcionario.
McAleenan insistió en que no había sido la intención del Gobierno el separar a las familias, sino que eso había sido resultado de la intención de procesar a los adultos que estaban violando la ley al ingresar al país sin autorización.”
“Sí tuvo un resultado de unas más de 2.000 familias que fueron separadas durante ese periodo de procesamientos”, dijo el representante del Gobierno federal.
El inspector general interino del Departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, tuvo una opinión diferente en un informe que emitió en octubre que encontró que su departamento “no estaba completamente preparado para implementar la política de tolerancia cero de la administración o para lidiar con algunos de sus efectos secundarios".
El informe también encontró que Aduanas y Protección Fronteriza, que había sido dirigida por McAleenan, "carecía de la capacidad de rastrear de manera confiable a los niños separados de sus padres, y en algunos casos no informó adecuadamente a los padres sobre la política de separación".
En la entrevista, McAleenan también rechazó los informes de la cadena CNN y el diario The New York Times de que el presidente, Donald Trump, le había dicho que debía cerrar la frontera sur y que lo perdonaría si tenía un problema legal.
"No voy a hacer nada que infrinja la ley. Soy un oficial de la ley", dijo McAleenan. "Se me pidió que desempeñara este papel, y lo llevaré a cabo, con un enfoque total en mis obligaciones legales. Dicho esto, nunca me han pedido, nunca se me ha sugerido que haga nada ilegal por parte del presidente o Alguien más. Y no lo haría".
Cuando le preguntaron si estaba preocupado por la tasa de rotación de personal (McAleenan es el cuarto secretario de su departamento en los dos años de mandato de Trump), dijo: "Recibo un tremendo apoyo de la Casa Blanca".
"Tengo la intención de mantener ese apoyo, tomando los pasos que necesitamos para atender las situaciones a las que nos enfrentamos", dijo.