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Sri Lanka señala a un grupo yihadista nacional como responsable de los ataques que dejan al menos 290 muertos

Según las autoridades, las explosiones coordinadas han sido obra de siete atacantes suicidas integrantes de un grupo yihadista nacional
/ Source: TELEMUNDO

Al menos 290 personas han muerto y otras 500 han resultado heridas tras una serie de explosiones en tres iglesias, cuatro hoteles y un complejo de viviendas este domingo en Sri Lanka. Según las autoridades, las explosiones coordinadas han sido obra de siete atacantes suicidas integrantes de un grupo yihadista nacional llamado National Thowfeek Jamaath. Una camioneta, estacionada cerca de una de las iglesias atacadas ayer, ha explotado este lunes. 

Iglesia en Negombo (Sri Lanka) tras el ataque del 21 de abril de 2019.

 

Todos los atacantes eran ciudadanos de Sri Lanka, aunque las autoridades sospechan que tenían conexiones con el extranjero, explicó en una rueda de prensa el ministro de Salud, Rajitha Senaratne.

El análisis de los restos de los cuerpos de los agresores dejó claro que eran atacantes suicidas, indicó antes Ariyananda Welianga, investigador forense. La mayoría de las explosiones fueron obra de una persona, salvo el hotel Shangri-La de Colombo, donde se inmolaron dos. La policía ha detenido a 24 personas, pero nadie se ha atribuido todavía la autoría de los atentados. 

 

En imágenes: tragedia en Sri Lanka tras ataques el Domingo de Pascua

 

POSIBLE FALLO DE INTELIGENCIA 

 

La policía investigaba los reportes de que las agencias de inteligencia de Sri Lanka habían recibido advertencias de posibles ataques, según dijeron las autoridades el lunes.

Dos ministros del gobierno han aludido a fallos de inteligencia:

“Algunos agentes de inteligencia estaban al tanto de este incidente. Por lo tanto hubo un retraso en la acción. Deben tomarse medidas serias sobre por qué se ignoró este aviso”, afirmó el ministro de Telecomunicaciones, Harin Fernando. El ministro añadió que su padre había sabido de la posibilidad de un ataque y le dijo que evitara las iglesias populares. 

Por su parte, el ministro de Integración Nacional, Mano Ganeshan, dijo que agentes de seguridad de su ministerio habían sido alertados por su división de la posibilidad de que dos agresores suicidas atacaran a políticos. El Departamento de Investigación Penal de la policía, que gestiona las pesquisas, revisará esos reportes, dijo Gunasekara. 

El cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, dice que los ataques podrían haberse evitado. “Nos llevamos las manos a la cabeza cuando supimos que estas muertes podrían haberse evitado. ¿Por qué no se impidió esto?”.

Hemasiri Fernando, jefe de personal del presidente de Sri Lankan, dijo a NBC News que las agencias de seguridad del país habían sido alertadas de antemano. "Nunca esperábamos que fuera tan grande", dijo Fernando. "Nunca pensamos que sucedería tan pronto".

 

Las autoridades en el Santuario de San Antonio en Colombo (Sri Lanka). Foto: AP

Sri Lanka vivió un domingo sangriento cuando se produjeron seis explosiones de forma simultánea hacia las 08.45 hora local (02.45 GMT) en tres hoteles de lujo en Colombo y también en una iglesia de la capital, otra en Katana, en el oeste del país, y la tercera en la oriental ciudad de Batticaloa. 

Horas después, una séptima detonación tuvo lugar en un pequeño hotel situado a unos cien metros del zoo de Dehiwala, a unos diez kilómetros al sur de la capital, y la última en un complejo residencial en Dematagoda, también en Colombo. 

Además, artificieros del Ejército de Sri Lanka detonaron también el domingo de manera controlada un explosivo localizado en las proximidades del principal aeropuerto internacional del país.

 

LAS VÍCTIMAS 

 

En Sri Lanka la población cristiana representa el 7,4 %, mientras que los budistas son el 70,2%, los hinduistas el 12,6 % y los musulmanes el 9,7 %, según datos del censo de 2011. 

Sin embargo, atentados de esta magnitud no habían tenido lugar en Sri Lanka desde la guerra civil entre la guerrilla tamil y el Gobierno, un conflicto que duró 26 años y finalizó en 2009, y que dejó, según datos de la ONU, más de 40.000 civiles muertos. 

La mayoría de los fallecidos son esrilanqueses, aunque los tres hoteles atacados y una de las iglesias, el Santuario de San Antonio, eran frecuentados por turistas extranjeros. El Ministerio de Exteriores indicó que se habían recuperado los cuerpos de al menos 27 extranjeros. 

Estados Unidos dijo que había “varios” estadounidenses entre los muertos, mientras que Gran Bretaña, India, China, Japón y Portugal dijeron tener ciudadanos entre las víctimas.

 

 

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