El presidente, Donald Trump, ha confirmado este viernes a través de la red social Twitter que sigue “considerando seriamente” la posibilidad de “colocar a inmigrantes ilegales sólo en ciudades santuario”, una medida que, según adelantó el diario The Washington Post, fue desechada por las propias autoridades migratorias al considerar que sería de dudosa legalidad.
Trump atribuye su deseo de llevar a cabo esta iniciativa a “el hecho de que los demócratas no están dispuestos a cambiar nuestras muy peligrosas leyes de inmigración”. En su opinión, “la izquierda radical siempre parece tener una política de brazos abiertos, fronteras abiertas, así que esto debería hacerles ¡muy felices!”.
La líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha indicado que ese plan “es sólo otro indicativo” de que Trump “no se merece ser presidente de Estados Unidos y le falta al respeto a los retos a los que se enfrenta”.
El citado diario reportó en la noche del jueves que la Casa Blanca se había planteado en dos ocasiones presionar a los estados que se han declarado santuario (en manos de políticos demócratas) liberando allí a los inmigrantes indocumentados bajo custodia federal. Eso afectaría fundamentalmente a California, de donde es representante la propia Pelosi.
La iniciativa fue planteada por primera vez en noviembre, según el diario, justo después de las elecciones en las que el Partido Republicano perdió el control de la Cámara de Representantes, y cuando una caravana de miles de inmigrantes centroamericanos se dirigía hacia Estados Unidos.
Volvió a resurgir en febrero, cuando los demócratas abogaron por reducir el número de plazas en centros de detención para indocumentados. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) cuenta con unas 45.000 camas.
La falta de plazas está llevando a las autoridades migratorias a liberar a los inmigrantes que llegan a solicitar asilo, a la espera de su vista ante una corte. Cada mes llegan más de 100.000 personas a la frontera, según las cifras oficiales.
La idea de liberar a estos inmigrantes sólo en ciudades y estados santuario en un intento de dañar políticamente a sus rivales alarmó según el citado diario a los propios responsables de ICE, que elaboraron un informe aduciendo los problemas legales que planteaba.