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La Casa Blanca quiere dar más visas de trabajo. El Congreso busca reducir las 'green cards' a familiares

Hay al menos dos grandes reformas migratorias en preparación, que aumentarían los visados de trabajo pero podrían reducir las green cards para familiares. Le contamos cómo serían.
Imagen de archivo del Capitolio de Washington DC (izquierda) y de Trump esta mañana en la Casa Blanca.
Imagen de archivo del Capitolio de Washington DC (izquierda) y de Trump esta mañana en la Casa Blanca. ASSOCIATED PRESS / ASSOCIATED PRESS
/ Source: TELEMUNDO

Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump, y asesor al más alto nivel en la Casa Blanca, lleva meses preparando una reforma de las leyes migratorias que podría llegar al Congreso este verano y aumentaría el cupo de visados de trabajo para inmigrantes.

La semana pasada presentó su propuesta al presidente, que le indicó que debería ampliar sus objetivos para incluir también la reducción de solicitantes de asilo en la frontera, según reporta la web informativa Politico.

Un grupo de senadores republicanos, encabezado por tres aliados de Trump (Tom Cotton, David Perdue y Josh Hawley) se disponen a presentar mañana otro plan que contrarrestaría los esfuerzos de Kushner.

Esta nueva propuesta abogaría por aumentar los permisos para trabajadores cualificados pero a cambio de reducir a la mitad el número total de visados, recortando las green cards de reunificación familiar, según informa Politico.

Cotton y Perdue ya presentaron una reforma migratoria similar con el respaldo de Trump en 2017, que murió en el Congreso pese a la mayoría republicana en ambas cámaras. Ahora, un plan unilateral tiene pocas posibilidades de prosperar en la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas.

La esencia de estos impulsos pasa por eliminar la lotería de diversidad (50.000 green cards sorteadas cada año entre aspirantes de todo el mundo) y restringir los familiares a los que residentes y ciudadanos pueden esponsorizar, a cambio de ampliar los visados para trabajadores con un sistema de puntos basados en formación, conocimiento del idioma, edad, experiencia laboral, etcétera.

Necesitamos a gente, gente buena y cualificada, queremos que vengan, necesitamos a gente”, indicó Trump en enero. En marzo, insistió: “Queremos que venga un montón de gente, y los necesitamos”, “queremos que las empresas crezcan, y la única manera en que van a crecer es si les damos los trabajadores”.

Pero las políticas de su Administración van encaminadas por ahora en dirección contraria: no sólo ha reforzado la persecución de los indocumentados, sino que ha levantado además un muro de obstáculos legales y burocráticos que están frenando los visados y green cards para los trabajadores que siguen las reglas.

Un reciente informe destacó la necesidad de revertir estas políticas y aumentar el número de visados para trabajadores de alta cualificación, so riesgo de que terminen emigrando a Canadá cuando más los necesitan las empresas aquí.

Pero la reforma en la que trabaja Kushner no sólo beneficiaría a estos inmigrantes, según informa  Politico, sino también a los de baja cualificación que vienen a trabajar en el campo o como mucamas, cocineros, jardineros, etcétera.

Aunque Trump, en público, sólo insiste en la necesidad de más trabajadores cualificados, su Gobierno acaba de ampliar los visados H-2B en 2019 para trabajadores temporales en el campo, asignando 30.000 permisos adicionales ante la demanda de los agricultores.

Cada año Estados Unidos permite la entrada de un millón de inmigrantes, pero sólo 140.000 llegan con visados de trabajo; el resto pertenecen en su mayoría a programas de reunificación familiar. Un plan para aumentar la llegada de trabajadores podría significar pues una reducción en los visados familiares.

Este nuevo impuso dirigido por Kushner comenzó en enero, con reuniones con docenas de organización sociales, empresariales y agrícolas, y ha continuado recientemente en la Casa Blanca, donde se prepara una propuesta para el Congreso. A esas reuniones no ha asistido el asesor Stephen Miller, que está detrás de las propuestas más duras de Trump en materia migratoria.

A Miller se le responsabiliza también de la reciente purga entre cargos directivos del Departamento de Seguridad Naciona, incluida su secretaria, Kirstjen Nielsen, y el director en funciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés), Ron Vitiello. La consigna recibida del presidente parece ser que es necesaria más mano dura.

El presidente, sin embargo, ha querido recalcar este miércoles que, aunque Miller es "un tipo excelente" y "un hombre brillante", "francamante sólo hay una persona" al cargo de la política migratoria de su Gobierno: "¿Saben quién es? Yo". 

El último plan en el que trabajó Kushner, encaminado a reformar el sistema de justicia criminal, fue aprobado en el Congreso con respaldo de ambos partidos. Su esfuerzo para alcanzar la paz en Oriente Medio, sin embargo, sigue atascado, aunque esta labor requiere de ajustes internacionales más complicados.

El Congreso, en cualquier caso, no será un campo fácil tampoco para una posible reforma migratoria. Allí han muerto varias propuestas en los últimos años, algunas con el apoyo de la Casa Blanca, otras con respaldo de ambos partidos, y ello pese a que, durante dos años, el Partido Republicano tuvo la mayoría en ambas cámaras.

Ahora, con los demócratas controlando la Cámara de Representantes, parece complicado que salga adelante una reforma que incluya la construcción de un muro en la frontera, condición indispensable para Trump para apoyar cualquier otro plan. Desde el ala más dura, además, se impulsan planes que quitarían la ciudadanía como derecho por nacer en este país, por ejemplo.

Pero, del mismo modo, los esfuerzos demócratas por reformar el sistema se estrellarán también en el Senado republicano si no tienen consenso bipartidista. Cualquier propuesta requiere además del beneplácito de Trump, que puede firmarlas o vetarlas.

Aún así, los demócratas trabajan ya en un plan, según la agencia de noticias The Associated Press, que aumentaría los recursos para tramitar solicitudes de asilo en los puertos de entrada, así como para el procesamiento de refugiados y el tratamiento a niños y otros inmigrantes vulnerables.

En la Cámara Alta se ultima otra propuesta demócrata para reforzar las cortes de inmigración, superadas por un atasco de más de un millón de casos, y para prohibir la separación de familias en la frontera.