IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

San Diego demanda al Gobierno y exige que deje de liberar migrantes "a su suerte"

Trump dijo que acabaría con la práctica “Captura y Libera". Pero en los últimos meses, la llegada del número de familias migrantes ha subido a niveles históricos. Como resultado, las autoridades liberan más rápido, en mayores cantidades y en puntos más alejados de la frontera

El condado San Diego ha presentado este miércoles una demanda contra el gobierno de Donald Trump que busca acabar con un programa de inmigración que permite a las autoridades la rápida liberación de familias migrantes sin dar tiempo a estas personas de hacer preparativos de transporte a otros puntos del país o contactar con sus familiares y que deja a los migrantes "liberados a su suerte". Una medida que se ha impulsado en los últimos meses, aunque fue condenada por Trump, ante el aumento del número de migrantes que llegan al país.

 

Esta demanda nace después de que el pasado octubre finalizara un programa federal conocido como "Liberación Segura" ("Safe Release"), lo que ha propiciado que los indocumentados sean dejados a su suerte tras su procesamiento por autoridades de inmigración. En la demanda federal se afirma que la medida es “arbitraria y caprichosa”. Las autoridades del condado de San Diego aseguran que ha invertido más de 1,3 millones de dólares para atender los problemas de salud y de seguridad derivados de esta liberación rápida y prevén que la cifra aumente cada día.

 

"La Administración Trump creó esta crisis al liberar en nuestras comunidades a familias solicitantes de asilo sin darles recursos críticos o inclusive un lugar donde dormir", señala la republicana Dianne Jacob, presidenta de la junta de supervisores de San Diego, en un comunicado.

 

“La política previa trataba a los solicitantes de asilo con esmero y dignidad, y ayudaba a prevenir un incremento drástico en la población de personas sin hogar en el condado, así como en las preocupaciones de salud pública que conlleva y los costos y gastos relacionados”, dice la demanda.

 

El proceso tradicional consistía en que a las familias que llegaban a la frontera se les ponía en libertad y se les permitía establecerse en Estados Unidos con familiares o amigos mientras sus casos eran examinados en las cortes, un proceso que suele llevar años. Eso fue modificado con el cambio de octubre.

 

AUTORIDADES MIGRATORIAS NO DAN ABASTO

 

Trump protestó contra esta práctica. En noviembre tuiteó que esta medida, que apodó “Capturar y liberar”, había llegado a su fin. El presidente introdujo “Captura y Detén”. Pero en los últimos meses, dado que el número de familias que ingresa a Estados Unidos ha alcanzado niveles récord, las autoridades migratorias desbordadas han retomado esta práctica.

 

Dada la saturación de los centros de detención y procesamiento de migrantes, el gobierno está llevando a la gente a cientos de kilómetros (millas) al interior del país y los libera en estaciones de camiones Greyhound e iglesias en ciudades como Albuquerque, San Antonio y Phoenix porque las comunidades cerca de la frontera ya están saturadas.

 

Las organizaciones de ayuda humanitaria en algunas ciudades pasan problemas para alimentar y albergar a los migrantes, y advierten que podría presentarse una crisis de salud pública.  “Le pedimos a los médicos y enfermeros voluntarios, y a miembros de la comunidad, que den un paso al frente y hagan lo que debería de estar haciendo el gobierno. Si esto fuera un huracán, la FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencias) ya estaría en tierra ayudando”, dijo Jim Gannon, director general y ejecutivo de Caridades Católicas de Albuquerque, Nuevo México.

 

Desde el 21 de diciembre, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha liberado a más de 125.000 personas que ingresaron a Estados Unidos como familias.

 

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza también está sobrecargada, y en lugar de detener a las familias hasta por 72 horas antes de entregarlas al ICE, ha comenzado a liberarlas directamente, en ocasiones con tanta rapidez que no tienen tiempo de organizar su transportación.

 

Las familias son puestas en libertad, se les entrega una notificación para que comparezcan ante una corte de inmigración, y a los o las cabezas de familia les colocan una tobillera de rastreo.

 

“Actualmente los números son abrumadores”, dijo Gregory Archambault, director de operaciones de control y traslados del ICE en San Diego. “Todos están abrumados por estas enormes cantidades de personas”.

 

CIUDADES DESBORDADAS

 

En San Diego se reabrió recientemente un  edificio abandonado en el centro de la ciudad que estaba programado para ser demolido, con el objetivo de albergar hasta a 150 solicitantes de asilo.

 

Hace pocos días, San Antonio recibió una gran cantidad de migrantes y la ciudad se vio obligada a abrir un centro de ayuda con alimento.

 

En El Paso, donde los albergues y las iglesias están llenos y los asientos disponibles en autobuses que salen de la ciudad son cada vez más escasos, las autoridades recurrieron a detener brevemente a los migrantes en un corral hecho con alambre de púas debajo de un puente que conecta a la ciudad con Ciudad Juárez, México. Cerraron la zona improvisada el fin de semana y llevaron a los migrantes a un lugar más adecuado.

 

En Albuquerque, a unos 450 kilómetros (280 millas) de la frontera, organizaciones religiosas han ayudado a aproximadamente 1.000 migrantes desde mediados de febrero. En un principio, los grupos eran pequeños, pero han ido creciendo y las llegadas se han vuelto más frecuentes.

RELACIONADO

Trump tiene razón: récord de llegada de inmigrantes, más de 100.000 liberados por la Migra, y jueces al borde del colapso

La Patrulla Fronteriza, “a punto de romperse” por el incremento de inmigrantes

La Patrulla Fronteriza no da abasto y libera migrantes sin transferirlos a ICE