IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

California teme un gran terremoto. Hoy la tierra tembló, pero lo peor está por llegar

Científicos advierten que nunca en mil años hubo un periodo como éste. Y se romperá con un gran temblor, quizá el ‘Big One’. Le contamos cómo prepararse.
Un agente observa los daños causados por un terremoto en San Francisco en 1989.
Un agente observa los daños causados por un terremoto en San Francisco en 1989. AP / AP
/ Source: TELEMUNDO

Un terremoto de magnitud 3,5 en la escala Richter sacudió a las cinco de la mañana del miércoles el área de Esperanza (California), un suburbio de Los Ángeles. El epicentro se registró a sólo 1,9 millas de profundidad, según ha informado el diario Los Ángeles Times con información del Servicio Geológico.

Este seísmo no rompe sin embargo la sequía de la que sismólogos han alertado esta semana: California lleva años sin sufrir un gran terremoto, en concreto cinco desde el que se registró en Napa, el último que superó la magnitud seis.

Y esta sequía acabará con un gran temblor destructivo, añaden.

“En ocasiones, el estrés se acumula en la falla”, explica la doctora Angela Chung a la cadena ABC.

En el caso de la bahía de San Francisco, la sequía relativa ha durado casi un siglo: desde el terremoto de 1906, que destruyó la ciudad, sólo se han contabilizado tres temblores de magnitud seis o superior, incluido el de 1989 en Loma Prieta. En el siglo XIX, por contra, hubo 14 grandes temblores.

“Esta falla es lo que llamamos una bomba de tiempo tectónica”, indicó David Schwartz, científico del Servicio Geológico.

Un estudio publicado este miércoles indica que esta sequía no tiene precedente en los últimos mil años, lo que no significa que sea probable que se rompa en breve.

“No podemos predecir los terremotos”, explica Chung, “lo que podemos hacer es avisar cuando se producen, cuando estamos a punto de sentir el temblor”.

Chung ha participado en el desarrollo del sistema de alerta temprano probado la semana pasada en Oakland, y que debería avisar con unos segundos de anticipación si se produce un temblor en la falla de Hayward.

La alerta se recibió en un área de 60 bloques en el centro de esa ciudad californiana, de 425.000 habitantes, transmitida a través del mismo sistema de emergencia que los avisos AMBER para niños o ancianos extraviados.

Cuando el sistema esté en funcionamiento, millones de personas en California, Oregón y Washington podrán recibir alertas unos segundos antes de que se produzca un seísmo.

La ciudad de Los Ángeles (California) lanzó en enero una aplicación de celular para avisar de posibles terremotos, que ya se puede descargar tanto para teléfonos de Apple como Android.

Los terremotos no se pueden predecir, pero una vez se ha producido el temblor, las ondas sísmicas viajan a la velocidad del sonido a través de la roca. Así, es imposible avisar a tiempo a alguien que se encuentre cerca del epicentro, pero un temblor a 150 millas de distancia permite enviar una alerta con un minuto de anticipación antes de que llegue a la ciudad, según informa el diario Los Angeles Times.

Aplicaciones similares funcionan ya en México y Japón, y la experiencia demuestra que se producen falsas alarmas, pero también salvan vidas: en el país asiático, por ejemplo, los trenes de alta velocidad frenaron automáticamente al recibir una alerta por un terremoto de magnitud 9,1 en 2011, lo que evitó que descarrilaran. Además, la televisión NHK pudo avisar del temblor 90 segundos antes de que sacudiera la capital, Tokio.

En California, el sistema ha funcionado bien en pruebas: en 2014, el temblor de magnitud 6 en Napa fue avisado con seis segundos de anticipación en San Francisco.

Hay un 33% de posibilidades de que un terremoto de magnitud 6,7 o superior sacuda esa falla en los próximos 25 años. Y la zona más amenazada es precisamente la bahía de San Francisco, donde 700 personas perdieron la vida en el gran terremoto de 1906

La otra forma de prepararse para un terremoto es adaptar las viviendas más frágiles para que resistan el temblor: en 2015, Los Ángeles ordenó el refuerzo de miles de edificios que podrían verse afectados por un nuevo terremoto.

En Los Ángeles, el 17 de enero de 1995, a las 4:31 de la madrugada, una falla sin signos visibles a ras de tierra tembló con una magnitud de 6,7, dañando edificios e infraestructuras y provocando incendios en un área de 30 millas alrededor de Northridge.

Cerca de 9.000 personas resultaron heridas, y oficialmente murieron 57 personas (aunque un estudio posterior elevó la cifra a 72, incluyendo algunas por ataques al corazón). Un edificio en Northridge Meadows se hundió, aplastando varios apartamentos y causando 16 muertos; en total, resultaron afectadas 82.000 unidades residenciales o comerciales, y 5.400 hogares móviles.