Dos docenas de inmigrantes que están detenidos en Luisiana iniciaron una huelga de hambre para protestar en contra del encierro al que son sometidos por el gobierno de Estados Unidos cuando llegan al país en busca de asilo.
Los defensores de los inmigrantes dicen que la huelga comenzó la semana pasada con aproximadamente 150 personas, pero el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) dice que solo 24 personas han negado continuamente las comidas.
Diariamente los inmigrantes se quejan de las malas condiciones y de la atención médica en detención, pero los del Centro Correccional de River en Ferriday, a unos 160 kilómetros al norte de Baton Rouge, dicen que están frustrados por la poca atención que reciben sus casos.
ICE comenzó a colaborar temporalmente con la prisión de gestión privada este año para hacer frente a un aumento en el número de inmigrantes que llega a través de la frontera sur con México: cerca de 500 personas se encuentran allí, dijo el portavoz Bryan Cox.
Los que están en huelga dicen que tienen acceso limitado al personal de ICE y no han podido convencer a un juez de que deberían quedar en libertad mientras sus casos de asilo pasan por la corte de inmigración.
"Es una farsa del debido proceso", dijo Rachel Taber, organizadora del Centro para la Justicia Racial de los Trabajadores de Nueva Orleans, que se reunió con los inmigrantes esta semana.
"Su percepción es que esto no será una justicia real o un proceso judicial real", dijo.
La Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración, que supervisa los tribunales de inmigración, dijo que no tenía estadísticas disponibles para mostrar cuántas personas han recibido una fianza en el tribunal donde aparecen los detenidos.
ICE, que define una huelga de hambre como alguien que rechaza nueve comidas consecutivas, dice que respeta los derechos de las personas a expresar su opinión sin interferencias.
"ICE no toma represalias de ninguna manera contra los huelguistas de hambre", dijo Cox, y agregó que la agencia explica los efectos negativos para la salud de no comer y vigila de cerca a quienes evitan las comidas.
La huelga sigue a una en El Paso en la que ICE alimentó a algunos de los detenidos después de obtener una orden judicial.
Las autoridades de inmigración se enfrentan a un aumento en el número de personas que cruzan la frontera sur, especialmente las familias y los niños centroamericanos que huyen de la violencia extrema y la pobreza. Muchos están buscando asilo.
El presidente Donald Trump amenazó el viernes con cerrar la frontera a menos que México detenga inmediatamente la inmigración ilegal.