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Misterioso ataque violento a la embajada de Corea del Norte en España. La CIA y el FBI, implicados. Robaron datos secretos

Un comando de estilo militar asaltó la embajada, ató y golpeó a sus empleados, y huyó en carros de lujo con información secreta. Los servicios secretos españoles apuntan a la CIA y el FBI. Esto es lo que se sabe del misterioso ataque sólo cinco días después de la reunión de Trump y Kim Jong Un.
Donald Trump y Kim Jong Un, el 27 de febrero en Hanói.
Donald Trump y Kim Jong Un, el 27 de febrero en Hanói.AP / AP

Una mujer logró escapar por la ventana y comenzó a gritar en coreano a las puertas del edificio para alertar al vecindario de un barrio burgués a las afueras de la capital de España.

Pasaban las cuatro de la tarde del viernes 22 de febrero, y un comando de 10 personas había irrumpido en la embajada de Corea del Norte en Madrid.  

Esgrimiendo armas simuladas, colocaron bolsas en la cabeza de las personas que había en ese momento en el edificio, y las maniataron, interrogaron y golpearon.

Cuando llegó la policía, alertada por los vecinos, un hombre de aspecto asiático abrió la puerta a los agentes y les dijo que todo iba bien, según el diario El País.

Poco después, los asaltantes usaron dos carros de lujo estacionados en la embajada para escapar a toda velocidad. Se llevaron teléfonos celulares y archivos informáticos. En el edificio quedaron varias personas asustadas y magulladas.

Los servicios secretos españoles descartaron que el ataque hubiera sido llevado a cabo por delincuentes comunes: había sido planificado con un cuidado militar, y los asaltantes sabían lo que buscaban: ni joyas ni dinero, sólo información.

Dos de los asaltantes fueron vinculados con la agencia de espionaje estadounidense, según el citado diario, que añade que, cuando las autoridades españolas preguntaron al respecto, la CIA lo negó de forma “poco convincente”.

El asalto tuvo lugar cinco días después de la fallida cumbre en Hanói (Vietnam) entre el dictador norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente estadounidense, Donald Trump.

Este martes, el juez José de la Mata ha dictado una orden internacional de detención contra dos de los 10 asaltantes, a los que acusa de robo con violencia, secuestro, y pertenencia a una banda criminal.

Según la investigación judicial, el comando escapó de España tras perpetrar el ataque. Su presunto jefe, un ciudadano mexicano residente en Estados Unidos identificado como Adrian Hong Chang, tomó de inmediato un avión a Newark (Nueva Jersey), adonde llegó a las dos de la tarde del día después.

Cinco días después, se puso en contacto con el FBI para relatar su versión de los hechos, según El País.  Los asaltantes se identificaron como miembros de una asociación que lucha por la caída de la dictadura norcoreana.
Según el juez, Hong Chang compró material de combate en Madrid: cinco fundas de pistola de extracción rápida, cuatro cuchillos de combate, seis pistolas simuladas, cuatro gafas de tiro, cinco linternas tácticas y cinco grilletes. Otros cuatro miembros del grupo adquirieron materiales técnicos para el asalto.

El 22 de febrero, a las 4:24 de la tarde, Hong Chang se presentó en la embajada, en el barrio de Valdemarín, y solicitó hablar con el encargado de negocios, Yun Sok So, al que conocía de una visita previa, dos semanas antes, en la que se había hecho pasar por empresario interesado en invertir en el país asiático.

Ya dentro, franqueó el paso al resto de miembros del grupo, que entraron armados y “comenzaron a golpear violentamente” a los siete ocupantes del edificio, “hasta conseguir reducirlos” e inmovilizarlos, según el juez.

Una mujer, esposa de un empleado de la embajada, logró escapar saltando por una ventana del segundo piso. Un vecino, al verla, avisó a la policía. El propio Chang abrió la puerta a los agentes cuando llegaron, vestido con una chaqueta oficial de la embajada, y les indicó que no había ningún problema

Tras varias horas de asalto, durante las que conminaron al personal de la embajada a desertar (sin éxito), huyeron a las 9:40 de la noche con dos memorias informáticas portátiles, dos discos duros y un teléfono celular.

Se llevaron también tres vehículos de la embajada, que fueron encontrados poco después abandonados y con las llaves puestas.