La ciudad de Palm Beach Gardens, ubicada en el sur de Florida y con cerca de 50.000 habitantes, se encuentra en estado de alerta por la invasión de miles de sapos venenosos, que podría extenderse en los próximos días a otras zonas de la península.
Se trata de sapos comunes (de la especie bufo), que al sentirse en peligro emiten toxinas que pueden ser peligrosas para niños pequeños y mascotas, y causar irritaciones en adultos.
“Acabo de ver una cantidad masiva de sapos o ranas por todas partes, cubriendo cada pulgada de terreno”, ha explicado Jennie Quasha, vecina de la comunidad de Mirabella, a la emisora WPTV, “ni siquiera puedes andar por el prado sin pisarlos”.
Un servicio antiplagas ha indicado a la emisora que, “con el invierno cálido y la lluvia de estas dos o tres semanas, una lluvia torrencial, los sapos se han reproducido”. “No son seguros para mascotas o niños”, ha añadido Mark Holliday, del servicio Toad Busters.
“Habrá otra oleada como ésta en 22 días, cuando la siguiente camada de huevos emerja, y esto ocurrirá en todas las comunidades de Florida”, ha indicado Holliday.