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Científicos descubren quién fue el asesino más famoso, pero el misterio de Jack el Destripador continúa

Jack el Destripador mató y mutiló a cinco mujeres. Se creyó que podía ser un miembro de la Familia Real británica. Ahora científicos revelan su nombre, apellidos y profesión, pero el misterio continúa.
Imágenes de una exposición sobre Jack el Destripador en Londres en 2008.
Imágenes de una exposición sobre Jack el Destripador en Londres en 2008. ASSOCIATED PRESS / ASSOCIATED PRESS

Jack el Destripador asesinó a cinco o probablemente seis mujeres en el Londres victoriano de finales del siglo XIX, y se convirtió en leyenda quizá porque su identidad nunca fue desvelada. Ahora, un estudio genético de ADN asegura haber descubierto su nombre, pero la niebla del misterio sigue sin perder densidad.

El primer asesinato registrado tuvo lugar el 31 de agosto de 1888 en el barrio de Whitechapel, aunque algunos expertos creen que otro crimen anterior, el 6 de agosto, fue obra de la misma persona. Todas las mujeres eran prostitutas, y todas menos una fueron horriblemente mutiladas, según la radiotelevisión pública británica (BBC, en inglés).

Desde entonces, se ha sugerido que el asesino pudo ser un carnicero o un cirujano, debido a sus conocimiento de anatomía, e incluso se han vinculado los crímenes con el príncipe Albert Victor, nieto de la reina Victoria, pero sin pruebas concluyentes.

Una inscripción con tiza en la pared y varias cartas enviadas a figuras famosas también se achacaron al asesino, pero, tras el último crimen, en noviembre de 1888, nunca más se pudo saber de él.

Un estudio genético publicado en la revista científica Journal of Forensic Science identifica ahora al asesino como Aaron Kosminski, un barbero polaco de 23 años que ya fue en su tiempo uno de los principales sospechosos, según la cadena NBC.

Los científicos Jari Louhelainen, de la Universidad John Moores de Liverpool, y David Miller, de la Universidad de Leeds, analizaron las manchas de semen y sangre halladas en el cuerpo de Catherine Eddowes, la penúltima víctima, cuyo cuerpo mutilado fue descubierto el 30 de septiembre de 1888. Compararon luego los resultados con muestras de descendientes de Kosminski y de Eddowes.

El barbero desapareció tras los crímenes, y ya fue señalado como posible autor hace cinco años por el autor de un libro sobre estos hechos, Russell Edwards, que encargó también un estudio genético del chal de seda donde se conservan los restos orgánicos.

Sin embargo, otros expertos denunciaron que las muestras están probablemente contaminadas porque muchas otras personas pudieron manipular esa prenda de ropa y dejar sus propias huellas genéticas. Años antes, en 2002, otra novelista afirmó también haber resuelto el caso, indicando que el pintor Walter Sickert era el asesino a partir de otro estudio genético.

Además, un artículo publicado en la revista científica Science pone en duda el método elegido para comparar el ADN del presunto asesino con los de sus descendientes, asegurando que sólo sirve para descartar a sospechosos, no para vincular el crimen a una persona en concreto.