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"Si sigo aquí, me van a matar": la angustiosa espera de los migrantes varados en Tijuana

Los inmigrantes enfrentan un largo y dilatado proceso en una ciudad cada vez más peligrosa para poder solicitar asilo en Estados Unidos.

TIJUANA, México - Lidia rodeó con sus brazos su vientre de seis meses de embarazo, mientras esperaba ansiosamente con sus hijas de 2 y 4 años y su esposo en una fría mañana de enero en el cruce de El Chaparral, en la frontera de Estados Unidos con México.

La familia llevaba una maleta pequeña que contenía sus únicas pertenencias. Habían huido de su Honduras natal en octubre después de que el padre, el hermano y los primos de Lidia fueron asesinados por pandilleros y de recibir amenazas contra su propia vida.

"Casi toda mi familia ha sido asesinada", dijo la mujer.

Lidia (de espaldas) y su familia esperan su turno para solicitar asilo en EEUU/Alejandro Cossio, NBC News

Ahora, después de un viaje de un mes hacia el norte con una caravana de migrantes, y unos dos meses en los refugios de Tijuana, se acercaron al Puerto de Entrada de San Ysidro con la esperanza de que llamaran su número, anotado en un cuaderno, y que finalmente se les permitiera reclamar asilo en Estados Unidos.

El cuaderno, desgastado, gris y con un patrón geométrico, está lleno de columnas con los nombres de los migrantes marcados con garabatos, junto con su país de origen y un número de cuatro dígitos que marca su lugar en la fila.

Cada mañana, los migrantes que mantienen la lista llaman a un puñado de números, cada uno de los cuales representa a unos 10 migrantes, y ese grupo puede acercarse al puerto de entrada para solicitar asilo. A medida que docenas de inmigrantes llegan a la frontera de Tijuana diariamente, buscan a los encargados de la lista para agregar sus nombres.

Oficialmente, la lista no existe. Los gobiernos de Estados Unidos y México no la reconocen. Pero los activistas en favor de los inmigrantes comenzaron a escuchar sobre ella el año pasado, después de que la administración de Trump instituyera una política de "medición" o de limitar la cantidad de migrantes que pueden solicitar asilo en un puerto de entrada cada día.

Los activistas y los abogados de inmigración dicen que este proceso viola el derecho de los migrantes a buscar asilo y los atrapa durante semanas o meses en Tijuana, donde son sometidos a la violencia de las pandillas locales en una ciudad con tasas récord de asesinatos, y donde además están expuestos en campamentos atestados y se les impide comenzar nuevas vidas en Estados Unidos.

Los abogados y activistas temen que Tijuana se llene más y sea más peligrosa.Alejandro Cossio / for NBC News

"Siento que si continúo quedándome aquí, me van a matar", dijo Lidia, de 24 años, a condición de que no se use su nombre completo, por preocupación por la seguridad de su familia.

Ahora la situación está empeorando bajo la nueva política de la administración Trump de enviar a algunos solicitantes de asilo de regreso a México después de que presenten su reclamo inicial en la frontera. Incluso luego que su número es finalmente incluido en la lista, estos migrantes son devueltos a Tijuana y obligados a esperar allí mientras se resuelve su caso, que hasta ahora ha tomado meses o incluso años.

Bajo esa política, 240 solicitantes de asilo fueron devueltos a México, dijeron el martes pasado funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional. A medida que más grupos de migrantes se aproximan a la frontera, los abogados y activistas temen que Tijuana se llene de más gente y se vuelva más peligrosa.

La política de devolver a los solicitantes de asilo a México también ha comenzado a extenderse a otras ciudades fronterizas este mes.

Lo que una vez fue el final de un viaje ya largo y peligroso para buscar asilo en Estados Unidos se ha convertido en el comienzo de otra prueba.

Matt Cameron de Boston, un abogado de inmigración que se ha ofrecido como voluntario en Tijuana para ayudar a los solicitantes de asilo. Alejandro Cossio / para NBC News

"Van a matar a más personas, será más peligroso que nunca", dijo Matt Cameron, un abogado de inmigración de Estados Unidos que se ofreció como voluntario en Tijuana para ayudar a los solicitantes de asilo. "Creo que van a estar cada vez más expuestos, y solo puede empeorar a medida que llegan más personas".

'EL PUNTO DE RUPTURA'

Después de salir de Honduras, Lidia y su familia soportaron brutales jornadas caminando con la caravana, durmiendo en parques. Vivía con miedo de que alguien se llevara a sus hijas. Algunos días comieron y otros no, recordó ella. Cuando llegaron a la ciudad de Tapachula, Lidia fue hospitalizada brevemente porque no podía dejar de vomitar y sufrió un severo dolor de cabeza.

Cuando la familia finalmente arribó a la frontera en Tijuana en noviembre, después de caminar y tomar autobuses por casi 3,000 millas, sus problemas estaban lejos de acabar.

La larga espera para ingresar a Estados Unidos ha creado una acumulación de miles de migrantes en Tijuana, incluidos muchos de Centroamérica. Numerosos viven abarrotados en tiendas de campaña sin el saneamiento adecuado, lo que conduce a brotes de enfermedades que se propagan rápidamente, según abogados, activistas y funcionarios mexicanos.

Cuando llegó, la familia de Lidia se alojó en el Complejo Deportivo Benito Juárez, la principal instalación al aire libre de Tijuana que albergaba a los miles de inmigrantes con la caravana. La lluvia inundó el campamento, y se cerró en diciembre por "problemas de salud" y "malas condiciones sanitarias", según funcionarios mexicanos.

Los trabajadores limpian una calle donde las autoridades desalojaron a un grupo de centroamericanos que habían permanecido acampados frente al Complejo Deportivo Benito Juárez en Tijuana el 20 de diciembre de 2018.Moises Castillo / AP 

La familia se mudó a otro refugio, pero sus hijas, Estefanni, de 4 años, y Katherin, de 2, fueron hospitalizadas más tarde con problemas respiratorios y tuvieron que ser tratadas con nebulizadores para el asma. Lidia, quien debe dar a luz en abril, dijo que a veces se siente "muy enferma" y aún sufre dolores de cabeza.

El nuevo refugio, llamado Movimiento Juventud 2000, consistía en un área cerrada al aire libre con un techo alto, que dejaba entrar un viento frío y dejaba a Lidia sintiéndose desprotegida.

“Apenas puedo dormir porque creo que alguien va a entrar desde arriba, la gente que nos está buscando", dijo Lidia en enero. "Ese es mi miedo de estar aquí. La verdad es que ya no quiero estar aquí".

Otros inmigrantes que abandonaron Benito Juárez se mudaron a un refugio más alejado de la frontera conocido como El Barretal, un antiguo club nocturno. Cientos llenaron el patio del edificio y el techo del segundo piso, agrupados en tiendas de campaña, algunos de ellos con lona azul tendida sobre ellos. En febrero, también se había cerrado El Barretal, y migrantes se dispersaron entre otros refugios.

A medida que la población migrante de Tijuana aumenta, los activistas han advertido sobre un aumento en la violencia del crimen organizado. Un récord de 2,518 personas murieron en la ciudad en 2018, incluyendo dos inmigrantes adolescentes que fueron apuñalados y estrangulados durante un intento de robo en diciembre.

La violencia se ha extendido hacia el nuevo año, con 364 asesinatos hasta febrero, según informes locales.

Nicole Ramos, directora del programa de refugiados de Al Otro Lado, una organización sin fines de lucro que atiende a migrantes en Tijuana, dijo que las demoras en permitir que ingresen a los Estados Unidos han agravado el peligro. Tijuana "es una ciudad que ya está bajo mucho estrés porque es un punto álgido de migración", dijo, "y la está llevando al punto de ruptura".

LA LISTA QUE DECIDE QUIÉN ENTRA EN ESTADOS UNIDOS

El cuaderno que determina cuándo un migrante puede cruzar a Estados Unidos y solicitar asilo no es un documento oficial. Sus encargados no son funcionarios de inmigración de EEUU ni mexicanos, sino migrantes que esperan para ingresar al país.

Estos voluntarios dicen que las autoridades mexicanas de inmigración les dicen cada mañana cuántas personas admitirá para procesamiento Estados Unidos ese día. Luego, los voluntarios se instalan en una pequeña carpa con dosel en el cruce de la frontera de El Chaparral y usan un megáfono para llamar los números de ese día ante una multitud de inmigrantes esperanzados.

En un domingo a fines de enero, una migrante llamada Verónica, de Acapulco, México, llamó desde 1754 a 1763: cifras que representaban a 68 personas en total, lo máximo que dijo haber visto en todo el mes, incluidas familias de Haití, El Salvador, otras partes de México y desde tan lejos como Rusia.

Los migrantes esperan su turno para ser llamados y buscar asilo en Estados Unidos en el cruce de El Chaparral en la frontera de EE. UU.-México. Alejandro Cossio / para NBC News

Las personas cuyos nombres y números fueron llamados se dirigieron al frente de la fila, algunos abrazándose con alivio. Luego esperaron un autobús cercano que los llevaría a EEUU, donde podrían solicitar asilo.

Verónica, quien pidió que su apellido no se usara por temor a la violencia en Acapulco y Tijuana, ayudó a dirigir la lista como voluntaria durante dos semanas mientras esperaba que llamaran a su número.

Las emociones pueden estallar si los inmigrantes pierden su número, como ocurrió el 21 de enero, cuando cerca de dos docenas de personas de Camerún llegaron a El Chaparral luego de que su número hubiera sido llamado. El grupo se reunió alrededor de Verónica, y algunos le gritaron que les permitiera ingresar a los EEUU.

La situación fue "muy tensa", dijo Veronica en español, y agregó: "Sentí que todos me estaban atacando".

Ella le explicó al grupo que no podía dejarlos entrar ese día, pero si llegaban temprano al día siguiente, serían los primeros en la fila, y finalmente aceptaron.

"MUY ILEGAL", DICEN LOS ABOGADOS

Los activistas argumentan que los límites de la administración de Trump para aquellos que pueden solicitar asilo cada día violan las leyes de los Estados Unidos e internacionales de asilo.

"La lista es muy ilegal", dijo Ramos, de Al Otro Lado. “No hay nada en la ley federal de los Estados Unidos que permita a un gobierno extranjero designar el procesamiento de solicitantes de asilo, particularmente un gobierno extranjero que tiene su propio historial de violaciones de derechos humanos", dijo en referencia a México.

Su organización presentó una demanda colectiva contra la administración de Trump en 2017 en nombre de 13 migrantes a quienes se les dijo que esperaran antes de solicitar asilo. La administración está buscando que el caso sea desestimado.

La “medición” de migrantes en la frontera con México fue utilizada por primera vez por el gobierno de Obama en 2016 en respuesta a los miles de haitianos que venían a Tijuana para ingresar a EEUU. Para la primera mitad de 2017, el número de haitianos había disminuido y el sistema de citas para ellos había finalizado, pero en el verano, los funcionarios retornaron una vez más a los inmigrantes, incluidos los de México y América Central.

Ramos dijo que comenzó a escuchar sobre el cuaderno hace aproximadamente un año, y lo vio por primera vez alrededor de mayo.

Cuando se les preguntó sobre el cuaderno y el proceso de asilo en la frontera de Tijuana, los funcionarios de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EEUU dijeron que los migrantes sin documentación "podrían necesitar esperar en México" mientras la agencia procesa a otros dentro de sus instalaciones.

La migrante hondureña Carol Gómez y su hijo Miguel en el refugio de Agape Misión en Tijuana. Alejandro Cossio / para NBC News

"CBP siempre ha coordinado y continúa trabajando con las autoridades mexicanas en lo que respecta a la seguridad fronteriza y las causas humanitarias", dijo la agencia en un comunicado.

CBP remitió las preguntas sobre los procesos que tienen lugar en México a las autoridades allí. Las autoridades de inmigración mexicanas no respondieron a las solicitudes de comentarios.

"ME SENTÍA COMO SI ME ESTUVIERA MURIENDO"

Los inmigrantes que llegan a Estados Unidos para solicitar asilo solían sentirse aliviados. Se sentían más seguros que en su país de origen, durante el peligroso viaje o en la frontera, y podían comenzar a construir una nueva vida en EEUU.

Pero desde fines de enero, 240 migrantes han sido devueltos a México inmediatamente después de solicitar asilo y se les ha dicho que regresen solo cuando deban presentarse ante un tribunal en EEUU.

Albert, un inmigrante hondureño, había rezado por el día en que su número sería llamado finalmente e ingresaría a EEUU a salvo de los delincuentes que lo persiguieron en represalia por su testimonio en un caso de robo en Honduras.

Sus esperanzas se vieron frustradas a principios de febrero, cuando le dijeron que a pesar de haber pasado la entrevista inicial como parte del proceso de asilo, tendría que esperar en Tijuana para una primera cita en la corte en San Diego a fines de marzo.

Albert, centro, durante una ceremonia de oración en el refugio cristiano Agape Misión en Tijuana. Alejandro Cossio / para NBC News

"Cuando el oficial me dijo que regresaba, sentí que me estaba muriendo", dijo en español a través de WhatsApp a mediados de febrero.

Albert, de 35 años, quien pidió que su nombre completo no fuera usado por preocupación por su seguridad, se unió a una caravana el otoño pasado después de que los delincuentes contra los que había testificado en un robo en 2012 fueron liberados de la cárcel.

Contó que el gobierno hondureño le había prometido protección, pero los ladrones sabían dónde vivía y dejaron notas advirtiendo a sus padres que se prepararan para su muerte. Se sintió devastado por dejar su hogar y sus cuatro hijos, de 10 a 16 años, pero sintió que no tenía otra opción.

"Es triste, desgarrador ver que [dejas] todo lo que tenías, todo lo que construiste ... y venir a estar aquí tal como estoy", dijo Albert desde el refugio en Tijuana, donde se quedó en enero mientras esperaba que llamaran su número. "Es difícil, es aterrador".

Muchos migrantes que enfrentan largas esperas en Tijuana han creado una vida temporal allí, encontrando empleos a través de visas humanitarias o de trabajo ofrecidas por el gobierno mexicano.

Para Albert esa nueva normalidad significaba trabajar en una fábrica de palos de hockey durante el día y regresar a un refugio en la iglesia Agape Misión Mundial, donde vivía junto a docenas de otros inmigrantes.

Esperaba que una vez que llamaran su número pudiera reunirse con un amigo en Colorado mientras esperaba que se resolviera su caso de asilo, pero en cambio se encontró en Tijuana, donde teme que los delincuentes que lo quieren matar puedan encontrarlo.

"La verdad es que estoy muy triste aquí en México y no me siento seguro", escribió en WhatsApp. "Estoy haciendo las cosas de la manera correcta, no quiero violar la ley".

Añadió: "No les importa si tu vida está en peligro".

UNA LUCHA LEGAL SOBRE EL ASILO

Los activistas consideran que la política de retorno de los migrantes a México es solo el último paso en los esfuerzos de la administración de Trump para hacer que el proceso de asilo sea más difícil para aquellos que se presentan legalmente en los puertos de entrada a lo largo de la frontera.

El 14 de febrero, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y otros dos grupos presentaron una demanda federal contra la política, argumentando que pone en peligro la seguridad de los migrantes y viola sus protecciones humanitarias en virtud del derecho estadounidense y el derecho internacional.

La demanda se presentó en nombre de 11 inmigrantes que fueron devueltos a Tijuana, así como en nombre de grupos de asistencia legal, incluido el Centro de Justicia de Tahirih, que representa a las mujeres migrantes y los niños que huyen de la violencia.

"Nos preocupa mucho que esta política, como está ahora y cuando se expanda en los próximos meses, ponga en peligro a los solicitantes de asilo", dijo Archi Pyati, jefe de política en el Centro de Justicia de Tahirih. "Hay una falta de infraestructura en las regiones fronterizas de México para mantener a salvo a los solicitantes de asilo".

Cuando se le pidió que respondiera a la demanda, un funcionario de CBP dijo a NBC News que la agencia no puede comentar sobre los litigios pendientes. El funcionario dijo que toda la información relacionada con la política de retorno de migrantes a Tijuana "puede considerarse parte del litigio".

El Departamento de Seguridad Nacional no respondió a la solicitud de comentarios sobre la demanda, pero ha dicho que la política "ayudará a restablecer un proceso de inmigración seguro y ordenado, disminuirá la cantidad de personas que se aprovechan del sistema de inmigración y la capacidad de los contrabandistas de aprovecharse de las poblaciones vulnerables y reducir las amenazas a la vida, la seguridad nacional y la seguridad pública, al tiempo que garantice que las poblaciones vulnerables reciban las protecciones que necesitan".

'VOY A SALIR. GRACIAS A DIOS'

Después de semanas de espera, el número de la familia de Lidia fue llamado a fines de enero. Se sintió aliviada de cruzar finalmente a Estados Unidos, cuatro meses después de salir de Honduras, y se alegró de que toda la familia pudiera quedarse, al menos temporalmente.

Lidia espera su turno con su familia para solicitar asilo en Estados Unidos en el cruce de El Chaparral, en la frontera de EEUU y México, en enero de 2019.Alejandro Cossio / para NBC News

Pero esa felicidad duró poco. Los oficiales de inmigración determinaron que ella y sus hijas habían pasado su entrevista de temor creíble, lo que significa que podrían ser elegibles para el asilo, y las liberaron para vivir en Virginia con su madre, que también está buscando asilo. Sin embargo, su esposo ha estado detenido en San Diego por razones que Lidia no comprende.

"Voy a salir. Gracias a Dios ", escribió Lidia en español a través de Facebook Messenger. Pero ella está preocupada por su futuro, con un bebé que vendrá en abril y un esposo incapaz de ayudar a mantener a la familia.

Cuando se le preguntó cómo se encontraban ella y sus niñas, su respuesta fue simplemente "mal".