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Esta latina tenía un sueño. Su marido la mató. La policía sospecha ahora algo aún peor

Esta enfermera hispana desapareció sin rastro. Su marido, estadounidense, fue capturado a punto de escapar a México. La policía ahora tiene una sospecha muy oscura.
Dos imágenes de Diana Alejandra Keel, y otra de su marido, Rexford Lynn Keel.
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 “Mamá, te quiero mucho”. Fue el último mensaje que Esperanza Prada recibió de su hija.

Diana Alejandra Keel, una enfermera hispana de 38 años, fue reportada como desaparecida el pasado 9 de marzo. Llevaba días sin aparecer por el hospital, y no había avisado a sus jefes. Su carro estaba estacionado en la casa donde vivía con su marido  y su hijo de 10 años en Nashville, un pueblito diminuto entre campos de labranza en Carolina del Norte.

Su esposo, Rexford Lynn Keel, no parecía preocupado. Le contó a la policía que la había visto irse de casa con unos conocidos, y que esperaba que volviera.

Pero no volvió: su cuerpo descompuesto fue hallado en un bosque a media hora de distancia. Parecía haber sido acuchillada, según informa el diario The Washington Post.

La mujer había emigrado de Colombia en busca del sueño americano, según contó su sobrino, Javier Guevara. Llevaba una docena de años casada con su marido, y habían pasado por ciertas “dificultades”, según añadió.

Una amiga suya, Taryn Edwards, aseguró que sufría abusos verbales y emocionales. “La atmósfera en la casa siempre era tensa”, explicó a la emisora ABC11, “nunca la dejaba estar a solas con nadie durante mucho tiempo”.

Según Prada, su hija estaba planeando pedir el divorcio este mismo mes, y llevarse a su hijo. Lo llamaba “el mes del cambio”. Quizá por ello, cuando recibió el mensaje de celular, pese a que aparentemente parecía inocente, se preocupó.

El pasado domingo, la policía arrestó a su marido, de 57 años, acusado de asesinato en primer grado. Fue capturado a miles de millas de distancia, en Tucson (Arizona), a sólo 34 millas de la frontera mexicana, manejando el caro de su padre y con grandes cantidades de dinero en efectivo.

“Hemos sacado a un asesino de las calles”, dijo el sheriff Keith Stone.

Pero no era la primera vez que una esposa de Keel había muerto en circunstancias sospechosas.

El 1 de enero de 2006, su primera mujer, Elizabeth Bess Edwards Keel, de 42 años, fallecía de un golpe en la frente tras caerse en las escaleras de cemento a la puerta de la misma casa. El forense concluyó que había sido un accidente, pero la policía ha decidido ahora reabrir el caso.