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El capo mafioso fue baleado 12 veces. Era un fantasma. Pero lo acabó un crimen pasional

Un hombre chocó contra su carro. Hablaron unos minutos amistosamente. Luego le acribilló. Parecía un crimen mafioso como en los viejos tiempos. Pero la explicación puede ser muy diferente.
Escena del crimen el pasado jueves en Nueva York. A la izquierda, Anthony Comello.
Escena del crimen el pasado jueves en Nueva York. A la izquierda, Anthony Comello. AP / AP

Francesco Cali era un fantasma hasta que murió brutalmente baleado.

Estaba considerado el padrino de los Gambino, una poderosa familia mafiosa que presuntamente controlaba discretamente desde su hogar en el vecindario neoyorquino de Staten Island. El pasado miércoles por la noche fue baleado frente a esa vivienda de ladrillo a los 53 años de edad.

Su asesinato pareció revivir otros similares entre mafiosos, pero los investigadores parecen inclinarse por otra explicación: un crimen pasional.

 “Cali era básicamente un fantasma”, explica un oficial especializado en la mafia al diario The New York Times. Tomaba todas las precauciones para no llamar la atención, pese a tender puentes presuntamente con la mafia siciliana: prefería las reuniones en persona en vez de usar el celular, y había logrado evitar ser grabado cometiendo delitos por las autoridades federales.

Pero pasadas las nueve de la noche del miércoles, una camioneta azul chocó contra su vehículo, aparcado fuera de su vivienda. El conductor llamó entonces al timbre, y conversó durante un minuto con Cali: después, disparó 12 veces contra él con una pistola de 9 milímetros, según quedó registrado por una cámara de vídeo.
Cali se arrastró hasta detrás de la camioneta, pero al menos seis balas le habían dejado ya herido de muerte.

El último asesinato de un padrino de la mafia había sido en 1985, cuando Paul Castellano, jefe de los Gambino, murió baleado frente a un restaurante de la ciudad de Nueva York; el autor intelectual de ese crimen, John Gotti, obtuvo así el mando de la familia durante el final de los años 80, según el citado diario.

Gotti, que había llevado un estilo exhibicionista, fue detenido en 1990, y murió en 1992 en prisión, tras sufrir un cáncer, a los 61 años de edad.

“Creíamos que esos tiempos habían acabado”, dio el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, tras enterarse del tiroteo, “supongo que los viejos hábitos nunca mueren”.

La policía arrestó el sábado en Nueva Jersey al presunto asesino de Cali, que resultó ser un joven de 24 años, Anthony Comello, que vivían con sus padres y sin lazos aparentes con la mafia.

Los investigadores analizan ahora si Comello podía tener un interés romántico en una sobrina de Cali, y éste pudo decirle que se mantuviera a distancia, según informa el citado diario, que añade que hay otras posibles explicaciones.