Todo empezó cuando Greta Thunberg, una estudiante y activista sueca de 16 años, se plantó el pasado verano todos los días durante tres semanas en la puerta del parlamento de su país para denunciar que su gobierno no estaban haciendo lo suficiente para detener el cambio climático. En septiembre, decidió empezar una huelga y comenzó a faltar a clase los viernes.
Así arrancaron los “Viernes para el Futuro”, una huelga escolar a la que hoy se han sumado 1209 ciudades de 92 países de todo el mundo, según Greenpeace. Millones de jóvenes protestarán este viernes contra la inacción de los gobiernos ante una crisis ambiental que ya no se puede revertir. "Haciendo huelga por un clima seguro", es el lema.
La acción de Thunberg comenzó a extenderse por redes sociales bajo el hashtag #FridaysForFuture (que en español siginifica Viernes para el Futuro) y tuvo tanta repercusión que el pasado diciembre esta adolescente dió un discurso ante un centenar de líderes mundiales en la Conferencia sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas. “Nuestra biosfera está siendo sacrificada para que la gente rica de países como el mío pueda vivir con lujos”, dijo Thunberg.
Los estudiantes alrededor del mundo se han organizado en Jóvenes por el Clima. "Únete a tus compañeros de clase y amigos y actuad juntos. Ha llegado la hora de crear el futuro que queremos y afrontar el mayor desafío de nuestra vida: la crisis climática", se lee en su web.
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En Australia, uno de los países donde más fuertemente han calado la protesta, miles de estudiantes han abandonado este viernes las aulas y han salido a la calle en unas sesenta ciudades del país para reclamar acciones para mitigar el cambio climático.
"Queremos que todos sepan que la lucha por el clima no es solo la lucha por una acción. Es una lucha global y concierne a todos por igual", ha dicho a Efe, Vivienne Paduch, de 15 años, en una protesta en Sidney.
A finales de 2018, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) instó a un cambio "urgente y sin precedentes" para frenar el aumento de las temperaturas en 1,5 grados centígrados con respecto a niveles preindustriales. En diciembre, la COP24 fijó una hoja de ruta para intentar lograrlo, aunque rodeada de fuertes controversias.
Además, el Informe Mundial de Medio Ambiente presentado esta semana en Nairobi reiteró la necesidad de tomar “medidas urgentes”.