Cuando hay más de 40.000 personas registradas como desaparecidas y los cadáveres sin identificar se agolpan en las morgues y los depósitos forenses de todo el país por los miles, se hace indispensable encontrar una solución para dar con aquellos que aún siguen con vida y a los que no, devolverlos a sus familias para que puedan recobrar un poco de la calma que les fue robada. ¿Pero, por dónde se empieza en un país como México?
Esa es la pregunta a la que Karla Quintana, recientemente nombrada como titular de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) de personas desaparecidas, ha tenido que enfrentarse. En una entrevista con el portal de noticias web Animal Político, la funcionaria dijo que se vive “una crisis forense” que ha sobrepasado a las instituciones.
“La información que tenemos es lo que está en un papel, lo que está en una lista de lo que ha pasado por los diferentes institutos forenses o morgues. Eso no quiere decir necesariamente que esos cuerpos sigan ahí, pueden estar en fosas comunes. Y no sólo son cuerpos, también hay decenas de miles de restos óseos”, dijo Quintana a Animal Político.
Sin embargo, el reto para ella empieza desde casa, dando forma a la institución que le ha sido encargada. Actualmente, sólo se han llenado 12 de las 43 plazas que hay disponibles a un año de su creación y tiene carencias tan fundamentales como una página web para o un teléfono para dar y recibir información, según reporta Animal Político.
Quintana aclara que no debemos pensar que todas las personas desaparecidas están muertas. “Tenemos que gestionar las búsquedas inmediatas en vida. No tenemos que presuponer que todo mundo está muerto o en una fosa clandestina, o en una fosa común”, dijo la funcionaria.
Uno de los mayores problemas es que las agencias de la ley no cuentan con protocolos para indagar un caso de desaparición, por ello la comisión se ha propuesto poner en práctica el Protocolo Homologado de Búsqueda.
“Mi meta personal como comisionada es crear esta institución”, dijo Quintana. A lo que no puede comprometerse, ha dicho, es a fijar una cifra o una meta para encontrar a una cantidad de personas en un tiempo determinado.
Una de las razones por la que es tan difícil localizar a personas desaparecidas es la cantidad de instituciones que deben coordinarse, tanto locales como de la federación: la Secretaría de Gobernación, las fiscalías estatales, las comisiones de búsqueda locales, las morgues, los ministerios públicos.
“Es la mayor crisis en materia de derechos humanos, que es grandísima, porque no podemos olvidar feminicidios, trata, tortura. Pero la dimensión de la desaparición en México es el mayor reto en materia de derechos humanos que está recibiendo este gobierno”, dijo Quintana.