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Este mago de fama mundial se desmayó al saber que iría 20 años a la cárcel por un crimen repugnante

Hacía levitar a mujeres, y sobrevivía a ataques con sierras en llamas o absorbido por el motor de un avión. Pero el FBI le cazó: su crimen era imperdonable. Él, mientras, hacía trucos a los presos de la cárcel.
Jan Rouven, en una imagen de achivo de 2007.
Jan Rouven, en una imagen de achivo de 2007.AP / AP

“Lo máximo que puede conseguir un hombre es asombrar”. Esta frase del escritor alemán Johan von Goethe todavía preside la página web de Jan Rouven, un mago alemán que ganó fama mundial en Las Vegas; al que se comparó con el legendario Harry Houdini; y que se desmayó el jueves de forma teatral después de que un juez de Nevada le sentenciara a pasar los próximos 20 años en prisión.

En la escuela, mientras sus compañeros jugaban al fútbol, él ensayaba sus primeros trucos de magia, según la citada web, que incluso explica cómo “causó sensación” haciendo levitar a su profesor de música.

En 1999 fue elegido como el mejor ilusionista en un concurso internacional, y un año después le contrató el estudio de cine Warner Bros para sus parques temáticos. Presumía de actuar en televisión y de rodearse de famosos deportistas, actuando ante millones de personas.

Era absorbido por la turbina de un motor, le agujereaba el estómago un taladro minero de 21 pies de longitud, esquivaba una lluvia de sierras eléctricas en llamas… y siempre sobrevivía.

Fue contratado por el casino Riviera de Las Vegas, un establecimiento de sangre antigua en la que habían actuado Elvis Presley, Frank Sinatra o Liza Minelli.

Y en Las Vegas fue arrestado, en marzo de 2016, después de que la policía se incautara de dos computadoras en su villa con más de 3.400 imágenes de pornografía infantil incluso de niños de dos o tres años de edad.

“No le va mal en prisión dadas las circunstancias”, dijo unas semanas después su abogado, “le hace trucos de magia al resto de presos en la cafetería”. Las circunstancias a las que se refiere son que “los presos no son muy buenos con los sospechosos de abusar de niños”, según explicaba.

Pese a ser bilingüe, otros presos le lanzaban frases que no entendía y él, según su abogado, “reía amable sin darse cuenta de que querían quitarle la vida”.

Tras más de dos años en prisión a la espera de juicio, Rouven, de 40 años, escuchó el pasado jueves su sentencia: 20 años de cárcel y medio millón de dólares de multa. El mago se puso tieso y cayó hacia atrás sobre su asiento, pareciendo desmayarse.

La juez federal Gloria Navarro había rechazado su disculpa, después de que el mago dijera que no obtuvo gratificación con las imágenes halladas en su villa, a la que había bautizado “casa de la risa”. 

Rouven se recompuso y bebió un trago de agua, según informa la agencia The Associated Press. La jueza le había calificado de “mentiroso compulsivo” y le había acusado de haber convertido la corte en “una telenovela”.

“Esto no es aceptable aquí, ni en Alemania, ni en ninguna parte”, dijo la magistrada, describiendo los videos como “no solo niños teniendo sexo, sino actos sádicos violentos”. Previamente, la fiscal había llorado al recordar los “gritos desgarradores” de los niños obligados a tener sexo con adultos.

Rouven no será liberado hasta cumplir los 60 años. Luego será deportado.