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El inmigrante acusado de asesinar a la joven Mollie Tibbetts pide ser juzgado en otro lugar y con más latinos en el jurado

La joven fue hallada en un campo de maíz un mes después de su desaparición. Murió por varias puñaladas. El acusado cree que no puede tener un juicio justo en ese condado: le explicamos por qué.
Cristhian Bahena Rivera, en septiembre ante la corte. A la derecha, cartel para la búsqueda de Mollie Tibbetts.
Cristhian Bahena Rivera, en septiembre ante la corte. A la derecha, cartel para la búsqueda de Mollie Tibbetts. AP / AP
/ Source: TELEMUNDO

El jornalero mexicano acusado de secuestrar y asesinar a Mollie Tibbetts, una estudiante de 20 años en Iowa, ha pedido que su juicio se traslade a otro condado con más latinos para que esa diversidad étnica se refleje en la elección del jurado.

Cristhian Bahena Rivera, de 24 años, presentó su moción el pasado viernes, según informa el diario The Des Moines Register, alegando que en el condado de Poweshiek (Iowa) es imposible seleccionar un jurado que garantice “un juicio justo e imparcial”.

El condado de Poweshiek tiene 18.314 habitantes, según la proyección del censo de julio de 2017 (la más reciente disponible). El 94,5% son blancos, y sólo el 3,4% se identifican como latinos.

La joven asesinada desapareció el pasado 18 de julio cuando hacía jogging por las calles de Brooklyn, un pueblito diminuto rodeado de campos de labranza. Su cadáver fue hallado un mes después en un campo de maíz a 12 millas del pueblo.

Rivera llevaba años trabajando cerca de allí para la compañía ganadera Yarrabee Farms. Usaba una identidad falsa, pues carecía de permiso para residir y trabajar en Estados Unidos. Provenía de Guayabillo, una pequeña localidad de 500 habitantes en el estado mexicano de Guerrero, y carecía de antecedentes criminales.

“No puedo hablar de los motivos, sólo puedo decir que parece que la siguió, pareció sentirse atraído hacia ella un día determinado, y por la razón que fuera decidió secuestrarla”, explicaron las autoridades tras su detención en agosto.

Rivera confesó que se había bajado de su auto al verla a la muchacha, y había empezado a correr junto a ella. Tibbetts sacó su teléfono celular y amenazó con llamar a la policía, momento en el que, según Rivera, perdió el control y la conciencia de lo que hacía. Lo siguiente que recuerda es sacar su cuerpo ensangrentado del coche, para llevarlo hasta el campo.

Tibbets murió asesinada con “múltiples heridas punzantes” como las provocadas por un cuchillo u otro objeto afilado, según la autopsia.

Este crimen fue utilizado por el presidente, Donald Trump, y otros prominentes republicanos para exigir el endurecimiento de las políticas contra los inmigrantes. El padre de la joven, sin embargo, defendió a los latinos: “En lo que a mí concierte, son gente de Iowa pero comen mejor”.

Sin embargo, los abogados de Rivera consideran que, pese al transcurso de meses, las emociones y opiniones encontradas sobre el crimen “no parecen haberse calmado”, lo que pone en peligro su derecho a un juicio justo.

Recalcan que ha testigos potenciales, muchos de ellos latinos, que han expresado miedo o aprensión ante la posibilidad de declarar o colaborar en la investigación, según el citado diario, por temor a represalias de vecinos o a la reacción de las autoridades migratorias.

“En lugar donde la población minoritaria no está sustancialmente representada”, añaden, “no puede ser juzgado de manera justa y cualquier jurado elegido tendrá que ser desestimado”.