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Esta mujer trans huyó a EEUU. Temía por su vida pero la deportaron. Poco después murió

Camila Díaz tenía 29 años y había recibido repetidamente amenaza. "Es inconcebible que Estados Unidos deporten a personas en esas circunstancias para enfrentarse a la muerte", dice Neela Ghosal, investigadora LGBTI de Human Rights Watch.
Una amiga de la fallecida Camila Díaz Córdova muestra una foto de la víctima mientras espera en la Oficina del Fiscal General en San Salvador, El Salvador, el 23 de febrero de 2019.
Una amiga de la fallecida Camila Díaz Córdova muestra una foto de la víctima mientras espera en la Oficina del Fiscal General en San Salvador, El Salvador, el 23 de febrero de 2019.REUTERS / REUTERS

Camila Díaz Córdova, una mujer transgénero salvadoreña cansada de la violencia en su país, decidió huir a Estados Unidos. Se entregó a las autoridades y les dijo que su vida corría peligro, pero no le creyeron y finalmente fue deportada. Este mes ha fallecido en su país de origen, según el grupo salvadoreño defensor de los derechos trans Asociación Aspidh Arcoiris Trans (ASPIDH).

 

Camila, de 29 años, era trabajadora del sexo en la ciudad de San Salvador, y se unió a una caravana migrante en 2017 para escapar de amenazas violentas, según cuenta Mónica Linares, directora de ASPIDH, a NBC News. Esta asegura que las amenazas contra la víctima eran frecuentes y que se remontaban al menos hasta 2014, cuando Díaz Córdova presentó por primera vez un informe a la policía.

 

La fallecida le contó a la directora de la asociación que había solicitado asilo mientras estaba en Estados Unidos. Fue deportada hace cuatro o cinco meses. Linares no está al tanto de las circunstancias específicas de la deportación. Una amiga de la fallecida, Virginia Flores, miembro de ASPIDH, reportó su desaparición la noche del pasado 30 de enero mientras trabajaba en una calle de la capital. La encontraron en la madrugada del día 31 con múltiples golpes, pero aún con vida. Rescatistas la trasladaron al hospital Rosales de San Salvador, donde murió el 3 de febrero.  

 

"La muerte de Camila hace que la comunidad transgénero en El Salvador se sienta insegura", apunta Linares a NBC News. "Hay falta de protección en El Salvador y en Estados Unidos. Camila tenía mucha evidencia, y todavía no le dieron asilo ”.

 

El asilo es una protección otorgada a aquellos que cumplen con la definición que da el derecho internacional de "refugiado", que significa que fueron perseguidos o temen ser perseguidos debido a su "raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social en particular", según los Servicios de Inmigración y Ciudadanía de Estados Unidos. Los refugiados deben solicitar asilo a través de la agencia, una división del Departamento de Seguridad Nacional.

 

Neela Ghosal, investigadora LGBTI de Human Rights Watch, dijo que espera que la muerte de Díaz Córdova motive a Estados Unidos a "reevaluar" su enfoque para los solicitantes de asilo transgénero. "La violencia contra las personas trans es endémica, y es inconcebible que los Estados Unidos deporten a las personas en esas circunstancias para enfrentarse a la muerte", considera Ghosal.

 

Según datos de Amnistía Internacional y otros grupos de derechos humanos, El Salvador tiene una de las tasas de homicidios más altas del mundo, y la evidencia sugiere que las personas LGBTQ, y en particular las mujeres transgénero, son una población especialmente vulnerable.

 

“La inmigración es la puerta para salir de este círculo de muerte. Es la única forma que pueden imaginar para tener una vida real", cuenta Andrea Ayala, fundadora del grupo de derechos LGBTI salvadoreño, ESMULES. "Emigras para ser respetado, para tener la posibilidad de sobrevivir, pero sobre todo para vivir libre y sin miedo a morir".

 

En 2017, las Naciones Unidas solicitaron una investigación sobre la violencia contra las mujeres transgénero en El Salvador tras el asesinato de siete mujeres trans en cinco meses (las activistas locales LGBTI sospechan que el número real podría ser mucho mayor).