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Una "niña milagro" no conocía su oscuro pasado. Ahora tiene un mensaje para los latinos deprimidos

Cayó de un puente de 246 pies de altura hacia el mar. El impacto mató a su madre, quien se arrojó con ella: "Mi historia es un milagro". Así nació la causa que la impulsa ahora.

Bertha Loaiza sobrevivió a una caída abismal desde un puente cuando era una niña. Los diarios la llamaron “la niña milagro”. Su madre, Angélica Gómez, de 24 años, se había aventado del puente de Colorado en San Diego, California, con su hija entre los brazos. Milagrosamente Loaiza sobrevivió a la caída de 246 pies (75 metros).

Pero Loaiza no supo esto sino hasta muchos años después, cuando era una joven rondando la frontera de la adultez. El traumático momento quedó borrado de su memoria y creció pensando que su madre había muerto en un accidente, cosa que le habían dicho sus abuelos para protegerla.

"Yo crecí pensando que mi mamá había muerto en un accidente de carro”, dijo Loaiza a la agencia de noticias EFE.

A los 17 años, Loaiza encontró una grabación con los reportes noticiosos del hecho.

"Hubo mucha confusión, coraje, también sentí culpabilidad; mi familia se disculpó y entendí que ese era el tiempo correcto para saberlo", dijo a EFE.

Con ayuda de una terapeuta Loaiza comprendió que su madre estaba enferma y que su suicidio había tenido que ver con una depresión muy profunda que no había sido tratada.

A Loaiza se le quiebra la voz cuando habla sobre su madre, pero ha comprendido que la depresión y el suicidio de una persona también a su familia, por eso ahora se dedica a promover el cuidado de la salud mental entre los latinos en Estados Unidos.

"Mi historia es un milagro y creo que ese milagro se puede repetir en muchas familias. Hay que buscar ayuda", indica la ahora madre de dos hijos.

Diez años después de conocer su pasado, la mujer de California comenzó a pensar que su historia tenía un propósito: convertirse en defensora de la salud mental, especialmente entre los latinos.

"No es como el cáncer, que puedes diagnosticar qué tan severo es el problema; aquí puedes llegar al suicidio y nadie se dio cuenta", dijo.

El proceso para poder explicarlo en público y darle aliento a otros le costó unos años más, pero el valor llegó y su labor comienza justo donde terminó la vida de su madre, en el Puente de Coronado.

La hispana se unió a la organización Coronado San Diego Collaborative for Suicide Prevention, y compartió su historia para impulsar la construcción de barreras en ese lugar.

Desde 1969, cuando se construyó el puente, más de 400 personas se han quitado la vida saltando al océano.

Entre la comunidad hispana el suicidio suele ser un tema tabú, que está erróneamente asociado con el estigma de la locura, algo que nadie quiere en su familia.

La hispana quiso expandir su experiencia y se incorporó a la campaña "Encuentra qué decir", de la organización Kaiser Permanente, donde Loaiza cuenta su historia en español.

El psiquiatra Luis Manuel Sandoval, que pertenece a esta campaña, advierte que entre las adolescentes hispanas hay más propensión a pensar en el suicidio e intentarlo que entre las adolescentes anglosajonas.

Según el Centro de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), desde 1999 el nivel de suicidio ha incrementado un 30% en todo el país.

El llamado de Loaiza es para borrar el estigma sobre las enfermedades mentales, promover la importancia de hablar sobre la depresión y el suicidio, y sobre cómo la búsqueda de ayuda puede salvar la vida en toda una familia.

"Espero que mi historia motive a los latinos a aprender sobre las señales de la depresión y el suicidio, y que sepan que hay ayuda", afirma Loaiza.