IE 11 is not supported. For an optimal experience visit our site on another browser.

Un incendio mortal desnuda un triángulo amoroso: la esposa se enamoró de un asesino

Un anciano ganó una fortuna en la lotería y murió asesinado. Años después, su asesino se enamoró de una enfermera de la cárcel. Una hamburguesa de McDonald’s descubrió su secreto y su tragedia mortal.

Los vecinos de Iberia, un pueblito perdido entre bosques en Misuri, alertaron a los bomberos a las dos de la madrugada del pasado 11 de diciembre: aquella casa en la calle sin salida estaba siendo devorada por las llamas.

En su interior hallaron el cuerpo achicharrado y retorcido por el fuego de Joshua Murray, un trabajador de la construcción de 37 años. Pero no fue el incendio lo que acabó con su vida, sino el líquido refrigerante para carros.

Su esposa, Amy, no estaba en casa aquella noche: por suerte, había salido a cenar a McDonald’s junto a su hijo de 11 años, según relató a los investigadores. Cuando regresó, el humo era tan denso que no se atrevió a entrar a ayudar a su marido.

Pero una hamburguesa de McDonald’s a medio devorar traicionó su historia.

Los agentes de la Oficina del Sheriff del condado de Miller hallaron sus restos sobre la mesa de la cocina. Sus sospechas se reforzaron tras estudiar las grabaciones de la cámara de vigilancia del restaurante de la cadena en Osage Beach, que mostraron a la mujer con su hijo y dos perros, pero poco antes de la medianoche. A la 1:30 de la madrugada, antes de que los vecinos avisaran del fuego, el teléfono celular de la mujer indica que ya estaba dentro de la casa.

Fue entonces cuando descubrieron las llamadas de teléfono.

Amy Murray tiene 40 años, es licenciada universitaria, y trabaja como enfermera en la prisión de Jefferson City. Se había casado con su marido en junio de 2003. Pero además, desde hacía un tiempo, tenía un amante.

La mujer mantenía una relación clandestina con Eugene Claypool, un preso del centro correccional en el que trabajaba que había sido condenado a 25 años de prisión por asesinato en segundo grado. Las llamadas telefónicas registradas entre ellos indican que ella quería divorciarse de su marido y casarse con su amante. Finalmente, según los investigadores, decidió en su lugar envenenarlo.

La Oficina del Sheriff descubrió restos de refrigerante en el cadáver, y plantea que la mujer pudo asesinarlo y luego le prendió fuego en el dormitorio para ocultar su crimen. Amy Murray está acusada ahora de asesinato en primer grado.

Su amante, Eugene Claypool, probablemente tampoco salga nunca de prisión, según el diario The Washington Post. El día de Navidad del año 2000, el hombre, entonces de 21 años, entró a robar a una casa junto con un cómplice de 17. El dueño de la vivienda, Donald Harwick, había ganado 1,7 millones de dólares en la lotería dos años antes. Lograron arrebatarle 36 dólares y la vida. Dejaron el cadáver acuchillado en el pecho con una Biblia encima.