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En grupo y custodiados por agentes. Solo así pueden salir los migrantes encerrados en un albergue improvisado en México

Solo aquellos con visa humanitaria pueden abandonar este albergue improvisado en Piedras Negras, ciudad fronteriza con Texas
Soldados del ejército hablan este miércoles con niños que están parados detrás de la cerca del refugio temporal para migrantes en Piedras Negras, México.
Soldados del ejército hablan este miércoles con niños que están parados detrás de la cerca del refugio temporal para migrantes en Piedras Negras, México.REUTERS / REUTERS
/ Source: TELEMUNDO

La paciencia se empieza a agotar para algunos de los cerca de 1.800 migrantes centroamericanos encerrados desde el pasado lunes en una fábrica abandonada en Piedras Negras, una violenta ciudad mexicana del estado de Coahuila fronteriza con Texas, donde han sido asentados para que esperen su turno para solicitar asilo en Estados Unidos. La instalación está rodeada por cientos de militares y policías que sólo permiten a los migrantes salir para ir en autobuses custodiados a la garita a gestionar sus documentos o bien para hacer compras.  

La mayoría son hondureños integrantes de la primera caravana de este año. La del pasado otoño se dirigió a Tijuana. En la vieja fábrica los migrantes reciben atención médica, comida, ropa y tienen acceso a internet pero no pueden salir a la calle. Solo los que cuentan con una visa humanitaria expedida por México tienen permitido abandonar el lugar, según el Instituto Nacional de Migración. Las autoridades argumentan que es por su propia seguridad pero el portavoz del gobierno de Coahuila, José Borrego, también reconoció que era para evitar un intento masivo de cruzar el río Bravo. 

Ante la posible larga espera, de semanas o incluso meses, hasta que llegue su turno de solicitar asilo, algunos migrantes han pedido regresar a sus países de origen. Las autoridades estadounidenses en las instalaciones en Eagle Pass tramitan unas 12 o 15 aplicaciones al día. Algunos, especialmente los nicaragüenses, están dispuestos a esperar, confiando en que se aprueben sus solicitudes de asilo. 

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"Yo me siento bien porque aquí no conozco a nadie", cuenta un nicaragüense que dice que es la crisis social y política que vive su país donde dejó a sus hijos, esposa, madre y hermanos. “Sabemos que es demasiado peligroso por los secuestros y las bandas”, agrega este ingeniero de sistemas resignado a esperar el tiempo que haga falta. 

El albergue improvisado además de estar rodeado por militares y policías está vallado. Los migrantes salen en grupos diariamente de 15 personas a tiendas de conveniencia o en grupos de 10 o 12 para ir ante las autoridades de migración de Estados Unidos para registrarse para pedir asilo.  

A pocos kilómetros del albergue se encuentran los puentes internacionales de Piedras Negras en la frontera con Eagle Pass, donde se mantienen fuerzas de seguridad por parte de las autoridades de ambos lados de la frontera. En las inmediaciones del puente internacional, personal de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés), realiza diariamente prácticas tácticas de contención. En la parte inferior de los puentes internacionales, la vigilancia por parte de elementos de la patrulla fronteriza también es constante. 

El departamento de Seguridad Nacional de EEUU aseguró que no se permitirá la entrada de la "caravana sin ley" y el Pentágono ha reforzado la seguridad con 250 militares en este cruce fronterizo relativamente pequeño.