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Este niño es ciego. Pero salió a jugar cuando su equipo perdía y marcó el tanto más importante

Su entrenador le sacó cuando quedaba un minuto e iban perdiendo. No había jugado hasta entonces porque es ciego y sufre parálisis cerebral. Pero salió y marcó el tanto clave. Mira el VIDEO

Viernes por la noche, y el equipo de la escuela secundaria de North Polk estaba perdiendo el partido, tenía casi imposible remontar ante su rival, Roland-Story Norsemen. Quedaba un minuto para el final, y su entrenador, Nick Wilkins, decidió sacar a jugar a Clay Warner. “Quería meterle”, explica el técnico, “si había una oportunidad quería aprovecharla, y todos los jugadores pensaban lo mismo”.

El gimnasio de Alleman, un pequeño suburbio de Des Moines (Iowa), se vino abajo en aplausos cuando salió a jugar Warner, “el corazón y alma” de la escuela, según le conocían sus compañeros. El joven, de 18 años, ama el baloncesto, y había estado listo para jugar en todos los partidos, pero hasta entonces no le había llegado su oportunidad. “Le miré y vi cómo se le iluminaba la cara”, explicó su compañero Luke McCoy a la emisora WHOTV.

Warner nació de forma prematura, tras 23 semanas de gestación, y eso le dejó secuelas: sufre parálisis cerebral y es casi ciego. El pasado viernes, saltó al campo, y al segundo tenía la pelota entre sus manos, en la esquina derecha. Warner no podía ver la canasta o el balón, sus compañeros se lo pasaban botando al suelo. Pero hizo un par de regates, se elevó en el aire, y lanzó a canasta.

Y encestó.

El gimnasio se vino abajo, saltando en sus asientos y gritando su nombre. Su madre; Melissa, se echó a llorar. “La gente enloqueció, fue como si fuera de nuevo un niño pequeño”, explicó Warner.

“Desde el momento en que entró, sabía que iba a encestar su primer tiro, ése es el tipo de persona que es”, indica su compañero Cam Markert, “todos en el gimnasio estaban más emocionados que él por haber encestado, él estaba preocupado de volver a defender”.

Esa canasta no ganó el partido. “Íbamos 25 puntos por debajo, ¿no?”, dice Warner, “y yo estaba como, vamos a ganar este partido como una  familia”.

Su equipo perdió, 63-48, pero ¿acaso le importa a alguien?