“Haz lo que te apetece hacer”, le dijo este hombre a todos aquellos que quisieron escucharle, “si crees que no es posible, tal vez lo estás intentando en el lugar equivocado”. Él escapó de Estados Unidos con su novia en busca de un lugar donde ser libre. Terminó salvajemente asesinado por una banda de criminales mexicanos.
John Galton, como se hacía llamar este hombre, aunque probablemente fuera un apodo, era un anarquista que huyó de Estados Unidos en 2016 junto a su pareja, Lily Forester, cuando ambos se enfrentaban a cargos castigados con hasta 25 años de prisión por fabricar drogas, según indicó en un video publicado en YouTube.
Se mudaron a la bahía mexicana de Acapulco, donde rentaron una casa por 400 dólares al mes. Allí se ganaban la vida vendiendo pipas de cristal para consumir drogas, según reconocieron en un vídeo publicado en 2017.
“Diría que [Acapulco] es más segura que cualquier ciudad de Estados Unidos en la que haya vivido, es mucho más segura por ejemplo que Chicago”, explicó Galton. El estado de Guerrero tiene sin embargo una tasa de 64 asesinatos por cada 100.000 habitantes, el doble que Chicago, según el diario Daily Mail.
El Departamento de Estado recomienda no viajar allí por la alta criminalidad: tiene nivel 4 de alerta, a la altura de Corea del Norte, Afganistán e Irak, porque hay “grupos armados que operan al margen del Gobierno en muchas áreas”, y que usan la violencia contra viajeros, cortando por ejemplo carreteras para asaltarlos.
Acapulco, sin embargo, es una de las principales ciudades turísticas de México, y en 2017 fue visitado por 1,3 millones de viajeros.
“Hemos vivido aquí por un año, no parece que les importe que vivamos aquí”, explicó Galton en 2017. “No es perfecto”, añadió su novia, “pero es mil diablos mejor que cualquier cosa que haya experimentado en Estados Unidos”.
El pasado viernes, sin embargo, la mujer publicó un vídeo desesperado en la red social Facebook: “Si alguien me escucha, por favor, acabo de… alguien ha entrado justo cuando acabábamos de comer, y han baleado a John y a Henza… yo estaba en la casa, y John está muerto en la puerta de entrada”. “Por favor, que alguien venga”, añadía Forester desesperada entre lágrimas, según el diario The Washington Post.
Jason Henza, de 43 años, conocido o amigo de la pareja, también publicó su propio testimonio en Internet: “Hemos sido atacados”, indicó a la cámara con la camiseta ensangrentada, “me han disparados tres veces, no estoy bien”.
La policía de Guerrero aseguró el sábado que tres estadounidenses había sido “atacados a tiros por un comando armado en un invernadero de cannabis en Acapulco”, y uno de ellos había muerto mientras los otros dos fueron “auxiliados por vecinos”. “El fallecido fue identificado como uno de los promotores de la despenalización de la marihuana a nivel internacional”, añadía el comunicado.
Los otros dos heridos, “Thason Heinzan, de 42 años, y Michel Alexander, de 36”, según la policía, “coinciden en no saber el motivo de la agresión, tan solo muchos hombres con armas llegaron y comenzaron a disparar contra John, mientras ellos intentaron correr pero las balas no se los permitieron”.
“Thason declara que fue una pesadilla ver sus cuerpos llenos de sangre, ‘tuve miedo de que se acercaran a rematarnos, afortunadamente no fue así”, añade la policía; “por su parte, Michel Alexander declaró que el grupo armado intentó secuestrarlos y que hubo un forcejeo luego de lo cual les dispararon”.