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"El miedo está, pero..." Buscan en el barro los restos de mexicanos muertos por explosión

"Nadie nos da respuesta. Son muy pocos muertos los que se han podido reconocer", lamenta una mujer en la 'zona cero'.
/ Source: TELEMUNDO

la cifra de muertos por la explosión de una toma clandestina de la compañía petróleos mexicanos en la noche del viernes ha ascendido a 89, según ha informado este lunes en conferencia de prensa el secretario de salud, jorge alcocer. otras 51 personas siguen hospitalizadas por el estallido, que convirtió literalmente en cenizas a algunas de las víctimas.

es una tragedia “muy dolorosa”, ha asegurado hoy el presidente, andrés manuel lópez obrador, no podemos decir otra cosa, estamos tratando de salvar vidas, esto es lo más importante”. el presidente ha defendido su actuación ante “las dudas” sobre su actuación tras el estallido, que está bajo investigación “con autonomía” de la fiscalía “para que no se piense que estamos dando información a conveniencia”.

la compañía tardó cuatro horas en cerrar el flujo después de tener los primeros indicios de una fuga en el oleoducto. el director de petróleos mexicanos, octavio romero oropeza, ha defendido esta mañana que se actuó “según el protocolo”. “vamos a estar revisando bien esto”, ha prometido, “todo se va a revisar”.

“había tolerancia en general contra el robo”, ha indicado lópez obrador, que ha reconocido que se cambió al personal de monitoreo de los oleoductos porque no cerraba a tiempo el suministro tras detectar una fuga, “pero no en todo el área” se cambió al personal.

“el gobierno estaba invadido de corrupción”, ha indicado, “era un fenómeno generalizado”, y “nos va a llevar algún tiempo, no es de la noche a la mañana que se limpia”. “ya los que quedan, que estaban acostumbrados al soborno, la mordida, ya no están tan tranquilos, ya no es su ambiente, ya hay otra atmósfera, es distinto”, ha concluido.

“la piel se les caía, fue feo, horrible, la gente gritaba y lloraba”, explicó a la agencia de noticias reuters la periodista verónica jiménez, que llegó al lugar antes de la explosión, cuando unas 300 personas robaban combustible en un oleoducto de tlahuelilpan, a unas 80 millas al norte de la ciudad de méxico.

“gritaban el nombre de sus maridos, hermanos, sus familiares”, recuerda jiménez tras el estallido. las autoridades han tomado muestras de adn para tratar de identificar a los fallecidos, pero familiares siguen trabajando en la zona en busca de restos una vez los equipos de rescate han abandonado sus tareas.

el fiscal general, alejandro gertz manero, apuntó que la explosión pudo deberse a una chispazo de electricidad estática por la ropa de los huachicoleros (como se conoce popularmente a los ladrones de combustible).

la tragedia del viernes se produjo tras días de desabastecimiento de combustible en todo el país por el cierre de oleoductos llevado a cabo por el gobierno de andrés manuel lópez obrador para combatir estos robos.

el presidente ha denunciado que petróleos mexicanos, y el gobierno en general antes de su llegada, estaba “secuestrado” por “una pandilla de rufianes, de corruptos”. así, aunque “a algunos no les guste y me llamen mesiánico”, prometió “cero corrupción y cero impunidad”.

“nuestro más sentido pésame a los familiares de las víctimas”, dijo el domingo, “no vamos a olvidar esta tremenda tragedia y como compromiso, el apoyar a los familiares de las víctimas en todo lo que necesiten; la atención a los enfermos; seguir luchando para salvarlos y continuar con la investigación para fincar responsabilidades”.