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Examante de El Chapo testifica en su contra: dice que lo hizo todo por amor

“Yo estoy confundida hasta el día de hoy porque yo pensé que era una relación de pareja”, dijo Sánchez ante el jurado.

Lucero Guadalupe Sánchez estaba enamorada de El Chapo, al menos eso dijo este jueves en la corte de Brooklyn (Nueva York) donde se juzga al narcotraficante mexicano.

“Yo estoy confundida hasta el día de hoy porque yo pensé que era una relación de pareja”, dijo Sánchez ante el jurado.

 Sánchez fue arrestada hace un año y medio cuando intentaba cruzar la garita fronteriza de San Diego, al otro lado de Tijuana. Lo que no sabía era que su nombre estaba en una lista de personas que buscaba la justicia estadounidense. La acusaron de conspirar para transportar y distribuir sustancias ilícitas y se declaró culpable en octubre de 2018. Luego firmó un acuerdo de cooperación con el Gobierno de ese país y así es como se presentó este jueves a la corte, todavía en espera de conocer su condena, que podría ser de 10 años, hasta cadena perpetua.

Conoció a Guzmán en 2010 cuando tenía apenas 21 años de edad, pero no fue sino hasta al año siguiente cuando realmente comenzó su relación con el capo más buscado del mundo. En febrero de 2011 recibió un teléfono celular marca BlackBerry, “arreglado” para poder comunicarse con Guzmán.

“Sólo me dijo que yo me le había perdido y que me mandaría otro teléfono para verme”, relató Sánchez.

En la sala de la corte Sánchez se veía nerviosa, con un tic en los ojos. Guzmán, quien normalmente conserva la calma, también se percibía incómodo, y Emma Coronel, su esposa, mascaba chicle y sonreía de vez en cuando a quienes la miraban con curiosidad, según ha reportado Rebeka Smith, nuestra corresponsal de Telemundo en esa corte.

El mismo día del sorpresivo mensaje del capo, Sánchez recibió otro teléfono seguro de manos de un tal Perillo, trabajador de Guzmán. Su nombre de usuario era “hermosura” o “M..”, porque cada tanto lo cambiaban. De igual modo, El Chapo alternaba entre “J” y “Juan” para que no los pudieran identificar tan fácilmente.

“Hablábamos de nuestra relación romántica, hablábamos y quería algo estable conmigo”, continuó Sánchez.

Se veían una vez al mes, a veces dos o hasta tres veces, y en ocasiones especiales se quedaba con él por más tiempo. Así comenzó a conocer desde dentro una de las estructuras criminales más lucrativas de nuestros tiempos. Iba a Cabo San Lucas en el estado de Baja California (México) a diferentes propiedades que tenía El Chapo para supervisar los envíos de marihuana.

Una de las casas que visitó, con alberca, jacuzzi, vista al mar y una fachada color beige, según le contó el mismo Guzmán, le había servido para una de sus muchas fugas de la justicia. En esa ocasión la ruta de escape no había involucrado mecanismos ocultos que conducían a túneles secretos, uno de sus métodos más recurridos, sino un simple salto y posterior esconderse entre los espinos. Como prueba de su hazaña dice que le enseñó los rasguños en el cuerpo.

Según Sánchez, la tarea que le había asignado El Chapo era negociar con los productores de marihuana de una zona montañosa que ella conocía el envío del producto. Era gente muy humilde, dice, y el capo le decía que tomara la mercancía fiada, pero a ella no le parecía correcto y les pagaba. Luego un piloto de Guzmán que le decían Cachimba se llevaba los paquetes a Culiacán (Sinaloa), alrededor de 400 kilos por envío.

Por sus servicios, afirma, nunca se le pagó. En cada paquete metía un corazón de papel y el número cuatro; el corazón porque estaba enamorada y 4 de abril era el cumpleaños de Guzmán.

“Está bien corazón, te amo, cuando puedas subir a mandar mensaje”, dice que le escribió en una ocasión El Chapo.

Aun así, cada que lo iba a ver le vendaban los ojos y no le permitían usar un celular.

Aunque Sánchez asegura que no trabajaba para El Chapo por dinero, su relación con el capo la llevó a otras arenas profesionales y a los 25 años de edad se convirtió en diputada local de Sinaloa por el conservador Partido Acción Nacional (PAN).

Tras el escándalo en los medios de comunicación mexicanos cuando se destapó su relación con El Chapo, el Congreso de Sinaloa la destituyó en 2016. La fachada se cayó cuando se supo que había utilizado un acta de nacimiento falsa para visitar al narco en 2014 cuando estuvo preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano.

Este juicio continuará la siguiente semana.