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Nueva caravana migrante llega a Guatemala. Mientras, la que obsesionó a Trump en 2018 se diluye

Alrededor de 6,000 migrantes centroamericanos llegaron a Tijuana el pasado noviembre. Este lunes quedaban menos de 700 en un albergue que habilitó el gobierno mexicano ¿ A dónde han ido?

La nueva caravana de cientos de migrante, que partió esta semana desde la violenta ciudad de San Pedro Sula (Honduras) con el objetivo de llegar a Estados Unidos o México, ha ingresado en la noche de este martes pacíficamente en Guatemala ante la presencia de unos 200 policías y soldados guatemaltecos.

Un total de 709 hondureños han cruzado la frontera. Según las autoridades guatemaltecas, 359 realizaron los trámites migratorios en el punto fronterizo de Agua Caliente. Mientras, otros 350 hondureños, entre ellos varios menores de edad, "rompieron el retén de la policía nacional" para ingresar a Guatemala de manera irregular. 23 menores no acompañados fueron interceptados para su acompañamiento y retorno a sus lugares de origen.

Migrantes hondureños esperan para ingresar a Guatemala en el cruce fronterizo de Agua Caliente el martes 15 de enero de 2019.
Migrantes hondureños esperan para ingresar a Guatemala en el cruce fronterizo de Agua Caliente el martes 15 de enero de 2019.AP / Moises Castillo / AP / Moises Castillo

Migrantes hondureños esperan para ingresar a Guatemala en el cruce fronterizo de Agua Caliente el martes 15 de enero de 2019/ Foto: AP

Mientras, el grupo de miles de migrantes que partió el pasado octubre desde Honduras, y que se convirtió en tema de campaña del presidente Donald Trump en las elecciones legislativas del pasado noviembre, se ha ido diluyendo tras su llegada a Tijuana (México). No obstante, en esa csaravana murieron 11 personas y muchos an sufrido enfermedades respiratorias, dijo vía Twitter el   

embajador de Honduras en México, Alden Rivera Montes:

Alrededor de 6.000 centroamericanos llegaron a Tijuana el pasado noviembre en medio de conflictos en ambos lados de la frontera sobre su presencia en esta ciudad mexicana colindante con San Diego. Pero este lunes, menos de 700 migrantes permanecían en un recinto de conciertos al aire libre en Tijuana que el gobierno mexicano habilitó como albergue para los migrantes.
 
¿A dónde se fueron?
 
El grupo se ha reducido a unos cuantos cientos después de que muchos hayan decidido regresar a Centroamérica o asentarse en México. No obstante, pese a la estricta postura migratoria del gobierno de Trump, muchos otros, casi la mitad, de acuerdo a los registros de arrestos de la Patrulla Fronteriza, han intentado ingresar ilegalmente a Estados Unidos. Según  el portavoz de la agencia, Theron Francisco , se ha realizado alrededor de 2.600 arrestos relacionados a la caravana en el sector de San Diego. Por lo general las familias son liberadas y se les entrega una notificación para comparecer ante una corte migratoria. 


Las autoridades mexicanas señalan que alrededor de 1.300 inmigrantes han vuelto a Centroamérica. México ha otorgado visas humanitarias a cerca de 2.900, muchos ellos ahora trabajan legalmente en el país. Es el caso del salvadoreño Javier Díaz, que trabaja como taxista en Tijuana. Este extrabajador de la construcción de 44 años huyó de El Salvador por motivos económicos y para escapar de la violencia. Esperaba llegar a Estados Unidos para ganar dinero para mantener a su esposa y sus cinco hijos en su país de origen, pero México representaba una mejor opción que volver a casa. “Si México me deporta hoy, mañana estoy en México otra vez”, dijo Díaz bajo la lluvia esporádica en el albergue. “Si puedo ir a Estados Unidos, mejor”. 


Las nueva caravana se ha formado al mismo tiempo que Trump intenta convencer al pueblo estadounidense de una “crisis” en la frontera sur para justificar la construcción de un muro fronterizo, promesa central de su campaña. La exigencia del mandatario de obtener 5,7000 millones de dólares para este ha resultado en un cierre parcial en las actividades del gobierno desde el pasado 22 de diciembre.  
Las caravanas se han formado durante años, pero a menor escala, organizadas para atraer la atención sobre los derechos de los migrantes y, por lo general, no llegaban a la frontera con estados Unidos. El año pasado llamaron la atención por su tamaño y después de que Trump aprovechó estos movimientos de migrantes con fines políticos. 


De cara a las elecciones de noviembre pasado, Trump se refería frecuentemente a las caravanas, advirtiendo que representaban un riesgo de seguridad nacional, y desplegó tropas en activo a la frontera ante su llegada. Sus opositores criticaron la medida como un abuso de poder presidencial.