El Parlamento británico ha rechazado este martes el plan del Gobierno presidido por la conservadora Theresa May para separarse de la Unión Europea, dejando al país y probablemente al continente entero al borde de una catástrofe económica y social.
Por 432 votos en contra y sólo 202 a favor, han sido los propios parlamentarios conservadores (que controlan 317 de los 650 asientos) los que han tumbado el plan negociado por May con las autoridades europeas. Quedan ahora sólo 10 semanas para intentar hallar una solución política antes de la fecha en la que el Reino Unido debería abandonar la Unión Europea haya o no acuerdo.
Los ciudadanos británicos votaron en un referéndum a favor de desgajarse de la Unión Europea en junio de 2016. La fecha acordada con las autoridades europeas para la separación es el 29 de marzo, pero antes era necesario acordar las condiciones para tratar de minimizar el impacto social y económico. Sin ese tratado, el Reino Unido se arriesga a lo que se conoce como un Brexit duro, es decir, sin medidas que puedan suavizar la ruptura.
“Es una decisión histórica que marcara el futuro de nuestro país durante generaciones”, afirmó May antes de la votación, que ya había sido retrasada hace unas semanas ante la fortaleza de los detractores del acuerdo. “Cada uno de nosotros deberá justificar y vivir con esto durante años”, añadió para recalcar la gravedad de la votación. Ahora el Partido Laborista ha presentado una moción para apartar del Gobierno a May, añadiendo así incertidumbre al futuro del país.