Estudiantes universitarios de todo el país enfrentan inseguridad alimentaria. Los gastos de la matrícula y los libros pueden suponer una carga financiera elevada para estos alumnos y, para muchos, saltarse alguna de las comidas puede ser una solución para sortear su mala situación financiera, según apunta un informe difundido este miércoles de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés). Este concluye que el gobierno podría hacer más para ayudarlos.
Según el reporte, hay potencialmente millones de estudiantes universitarios que enfrentan dificultades a la hora de comer, aunque no hay un dato concreto. No hay cifras federales a nivel nacional. En este contexto, la GAO revisó 31 estudios sobre este tema y la mayoría concluye que más de un tercio de los estudiantes universitarios en Estados Unidos no siempre tienen suficiente para comer.
El informe señala que actualmente solo el 29% de los estudiantes universitarios son "estudiantes tradicionales", entendidos estos como aquellos que se inscriben inmediatamente después de la escuela secundaria y que dependen del dinero de sus padres. Pero la gran mayoría, el 71%, no es el estudiante universitario "típico". Pueden ser financieramente independientes, tener hijos o ajustarse a cualquiera de una serie de características que establece el informe.
NPR ha hablado sobre este asunto con Carrie Welton, analista de políticas del Centro de Derecho y Política Social, y señala que es importante diferenciar entre estudiantes de clase media que pueden bromear acerca de ser "universitarios en quiebra" y que comen ramen durante una semana, frente a los muchos que realmente enfrentan dificultades. "Los estudiantes de bajos ingresos, los estudiantes de primera generación y los estudiantes de color viven una experiencia muy diferente", apunta Welton.
El informe se centra en las formas en que el Programa federal de asistencia nutricional suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) podría prestar una mejor asistencias a estos alumnos. Este programa, que opera bajo el Servicio de Alimentación y Nutrición del gobierno federal, ayuda a los estadounidenses de bajos ingresos.
Para Welton este programa es una de las mejores maneras de reducir la inseguridad alimentaria. Pero muchos estudiantes que se podrían beneficiar no lo hacen porque las pautas de elegibilidad no están claras. Son confusas y engorrosas. Según el estudio, casi dos millones de estudiantes que pudieron haber sido elegibles para SNAP no recibieron beneficios en 2017.
Muchas universidades tienen sus propios programas para hacer frente al hambre en el campus, por ejemplo, despensas de alimentos y personal que trabaja para identificar y asistir a los alumnos con necesidades. Pero en muchos centros, tanto los estudiantes como los líderes escolares, no tienen claras las reglas de elegibilidad de SNAP o tienen información incorrecta.
Incluso algunos miembros de las agencias estatales de SNAP y de las oficinas regionales del Servicio de Alimentación y Nutrición no los tienen del todo claro. Así, el informe recomienda que el sitio web del Servicio de Alimentación y Nutrición haga más comprensibles estos requisitos para que sirva como recurso para las escuelas y los estados.
El gobierno federal invierte miles de millones cada año en ayuda financiera para estudiantes, pero muchos de los que reciben esos fondos no los consiguen en la universidad. Como lo señala el informe de la GAO, se ha demostrado que el acceso a las ayudas de SNAP aumenta la probabilidad de que esos estudiantes se gradúen con un título.