El presidente de Venezuela Nicolás Maduro tomó posesión el jueves para un segundo termino de seis años en medio de una crisis sin precedentes y una creciente presión por parte de la comunidad internacional que desconoce su gobierno.
Maduro recibió el rechazo de la gran mayoría de los vecinos de la región y la Unión Europea que decidieron no ir a su toma de posesión y contó con el apoyo de aliados al chavismo como Rusia, China, Turquía, Irán, Cuba y Bolivia.
Los residentes de Caracas amanecieron en una ciudad inusualmente callada con presencia de efectivos de la policía nacional custodiando en las calles. Desde la mañana cientos de seguidores del gobierno y empleados públicos, con sus características camisetas rojas, se concentraron en los alrededores del máximo tribunal para acompañar al mandatario en la ceremonia. Mientras los opositores se concentraron en vías del este de Caracas para protestar la toma de posesión.
Maduro prestó juramento frente al Tribunal Supremo de Justicia y no frente a la Asamblea Nacional legítima, como establece la constitución. El Artículo 231 establece que el presidente electo debe tomar posesión “el diez de enero del primer año de su período constitucional, mediante juramento ante la Asamblea Nacional” y “si por cualquier motivo sobrevenido el Presidente o Presidenta de la República no pudiese tomar posesión ante la Asamblea Nacional, lo hará ante el Tribunal Supremo de Justicia.”
Al explicar las razones que llevaron a Maduro a jurar ante el Tribunal Supremo, el presidente del máximo tribunal afín al chavismo, Maikel Moreno, dijo que la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, “se encuentra en desacato”. Por lo que Maduro le ha pasado por encima al Poder Legislativo, de mayoría opositora, para establecer su Gobierno.
Con el apoyo de los aliados al chavismo y el rechazo la comunidad internacional
Tan solo seis jefes de estado, aliados al chavismo, confirmaron su asistencia a la toma de posesión: Miguel Díaz-Canel de Cuba, Evo Morales de Bolivia, Salvador Sánchez de El Salvador, Daniel Ortega de Nicaragua, Anatoli Bibílov de Osetia del Sur y Raúl Khadzhima de Abjasia, estos últimos dos países no son reconocido por las Naciones Unidas.
La lista de altos representantes internacionales la integran también el secretario general de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), Mohammed Sanussi Barkindo; el ministro de Energía de Argelia, Mustapha Guitouni; y el ministro de Economía, Desarrollo, Petróleo, Comercio e Inversión de Belice, Erwin Contreras; el vicepresidente de Turquía, Fuat Oktay; el vicepresidente del Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de Rusia, Ilyas Umakhanov; el primer ministro de San Cristóbal y Nieves, Timothy Harris, el viceprimer ministro de Bielorrusia, Igor Liashenko; y el ministro de Agricultura y Asuntos Rurales de China, Han Changfu.
Varios países ya habían alertado que no reconocerán a Maduro a partir del jueves, cuando inicie la "usurpación" de la Presidencia en Venezuela. Por esta razón Estados Unidos, la Unión Europea y el llamado Grupo de Lima no envió ningún representante. El bloque está integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía.
El gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador fue el único integrante del grupo que no respaldó la declaración de desconocimiento del nuevo mandato de Maduro. Maduro recalcó la presencia de México en su investidura al decir "¡Viva México!" cuando leía la lista de los representantes de las naciones.
"Hemos dejado muy claro que las elecciones presidenciales no fueron libres ni justas", dijo la portavoz de Exteriores de la Unión Europea, Maja Kocijancic, en rueda de prensa.
Por su parte, el asesor de seguridad nacional en la Casa Blanca, John Bolton, dijo en Twitter: “Estados Unidos no reconocerá la inauguración ilegitima de la dictadura de Maduro. Vamos a continuar aumentando la presión en el régimen corrupto, apoyar la Asamblea Nacional demócrata, llamando por la democracia y la libertad en Venezuela.
El gobierno venezolano rechazó las declaraciones del Grupo de Lima insistiendo que en el país se cumple con las garantías democráticas. Maduro ha rechazado que se le catalogue como un dictador y desacredita los cuestionamientos de la oposición.
Maduro se declaró victorioso en las elecciones presidenciales del pasado mayo, que la oposición y miembros de la comunidad internacional han tildado de ilegitimas. En las mismas había un consejo electoral favorable al chavismo, falta de observadores imparciales, y a populares miembros de la oposición y varios de los grandes partidos antigubernamentales se les prohibió participar.
Venezuela está sumida en una profunda crisis económica y social con una hiperinflación de siete dígitos y una fuerte recesión que se ha extendido por cuatro años consecutivos. Las dificultades económicas han desatado una masiva migración de venezolanos en la región que Naciones Unidas estima en unas 3,3 millones de personas.