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Pelosi toma el control de la Cámara de Representantes para combatir a Trump. Pero el Senado da el primer golpe

La líder demócrata recupera su puesto de portavoz siete años después, pero la mayoría republicana en el Senado le ha dado ya el primer disgusto.
Pelosi, con su nieta este jueves en la Cámara de Representantes.
Pelosi, con su nieta este jueves en la Cámara de Representantes. AP / AP
/ Source: TELEMUNDO

Nancy Pelosi ha sido elegida este jueves portavoz de la Cámara de Representantes con los votos de la mayoría demócrata, recuperando así un cargo que ya ocupó entre 2007 y 2011, y convirtiéndose en la cabeza más visible de la oposición al presidente, Donald Trump.

Pelosi ha conseguido 220 votos a favor y 192 en contra en una Cámara con 235 demócratas y 199 republicanos. Su iniciativa más urgente ahora es aprobar una medida presupuestaria que permita reabrir el Gobierno federal, que lleva funcionando al ralentí 13 días ya. Pero se enfrentará no sólo al rechazo ya anunciado de Trump, sino a la oposición de un Senado controlado por los republicanos, que ya ha descartado aprobar la iniciativa.

Los demócratas recuperaron en noviembre el control de la Cámara de los Representantes (el Senado reforzó su mayoría republicana). Ayer Pelosi y el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, se reunieron con Trump en la Casa Blanca para negociar un acuerdo presupuestario.

El presidente exige 5.700 millones para seguridad fronteriza, con los que construir su muro, y los demócratas sólo están dispuestos a concederle 1.200 millones (la misma cantidad que se aprobó el año pasado con mayoría republicana). Pelosi ofreció una medida temporal, hasta febrero, para poder reabrir el Gobierno mientras se negocia, pero Trump la ha rechazado.

El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, ha anunciado así este jueves que no someterá a votación la medida que planean aprobar de inmediato los demócratas en la Cámara de Representantes, y sólo aceptará un plan que pueda ser validado por Trump. El Senado ya aprobó antes de Navidades una medida similar a la que ahora plantean los demócratas, pero el presidente se negó a firmarla (pese a tener el respaldo de los republicanos en ambas cámaras del Congreso), lo que provocó el cierre del Gobierno federal.